martes, 13 de diciembre de 2011

EL PESEBRE

TODO HA CAMBIADO
Y dijeron que estaba bien


El pesebre en mi casa
Las costumbres fueron cambiando poco a poco y dijimos que estaba bien. El pesebre en nuestras casas al comienzo compartió el espacio de la sala principal con un incipiente árbol de navidad que no pasaba de ser un chamizo seco forrado con algodón con unas bolas navideñas y una, ahora prehistórica, instalación de bombillos de colores de 110 voltios, que peligro.


La tecnología avanzó y las luces de navidad cambiaron afortunadamente a bombillitas de 12 y 6 voltios y el árbol de un chamizo a un árbol sintético que imitaba bien a un pino. El pesebre se fue achiquitando y dijimos que estaba bien.

Igual pasó con las reuniones familiares inherentes a la navidad. Antes esa época era una oportunidad para reunir a las familias, a los amigos y vecinos, después las reuniones en los clubes y las rumbas en las fincas fueron ganando adeptos en detrimento de los ágapes familiares en torno al tradicional pesebre con olor a aserrín y a musgo fresco, en los que de niños, construíamos caminos con arena, lagos con espejos y ríos con tiras de celofán brillante, hacíamos hileras al borde de esos senderos con casitas de cartón.

Pero con el tiempo el pesebre quedó confinado en un rinconcito mientras el árbol de navidad ocupaba ostentosamente el mejor lugar de la casa, y dijimos que estaba bien.

Pesebre Iglesia de La Floresta
De niños no pasábamos de encender chispitas siempre con la supervisión de nuestros padres, ahora los jóvenes y hasta los niños queman petardos que quiebran los cristales del vecindario ante la mirada desinteresada de sus progenitores, y dijeron que estaba bien.

Ya el pesebre es considerado de mal gusto y los pocos que aún lo hacemos, somos tildados de retrógrados o mañés. El niñito Jesús que tanto ansiábamos ver en su cuna en la noche de navidad y las otras figuras como las de San José, la Virgen María, los reyes magos, pastorcitos, ovejas y casas de cartón, pararon en la basura y en el mejor de los casos en el fondo del cuarto de san Alejo. Y dijeron que estaba bien.


De la noche a la mañana el papá Noel se apoderó de las fiestas y es el que trae los regalos a bordo de en extraño carruaje que vuela tirado de unos renos traídos de otras culturas. Los traídos ya no llegan a las camas de los niños para que los descubran con sorpresa al despertar. Ahora reposan bajo el prepotente árbol durante todo el día y son destapados a las doce de la noche sin sorpresa alguna. Aclaro que no estoy en contra del árbol de navidad, solo quiero defender la ancestral costumbre del hermoso pesebre en nuestros hogares.


Las fiestas comenzaban el 16 de diciembre, cuando sin falta se hacía la novena de aguinaldos en todos los hogares al son de los villancicos con maracas y panderetas. Ahora de repente comienza con un jolgorio desde el amanecer del primero de diciembre con la llamada alborada, que no es más que un caos colectivo de ebriedad y ruido de pólvora detonante, y muchos dicen que está bien.


Olvidan la esencia de la navidad, el hecho histórico de ese niño que nació en Belén hace 2011 años para traer a este planeta la paz, el respeto hacia los semejantes y en conclusión a despertar el sentido común de la humanidad, que desafortunadamente sigue siendo el menos común.

Pesbre de una casa, Barrio El Danubio.
Si los pocos que hemos dicho no está bien somos tildados de anacrónicos, retrógrados, mañés, no importa, ser coherentes con nuestros principios es suficiente incentivo para seguir haciendo nuestros pesebres en la sala principal, de continuar dejando que sea el niño Dios quien traiga los regalos a nuestros niños, llenándolos de alegría y sorpresa, de rezar la novena cantando el Tutaina en la sala de la casa degustando un plato de natilla y buñuelos, seguimos siendo felices conmemorando el verdadero espíritu de la natividad y propiciando que nazca el divino redentor en nuestros hogares.

Pesebre en mi casa, año 2011

Feliz navidad para todos y que el espíritu de Dios more en sus corazones.

2 comentarios:

el drummondvillano dijo...

Bien intencionada su frase “y dijeron que estaba bien”, evoca las afirmaciones del génesis cada que Dios terminaba una de sus creaciones, “y vio Dios que estaba bien”, solo que en este caso estas creaciones o involuciones pertenecen a seres mucho más imperfectos y solamente pueden aspirar a decir que está bien, jamás a ver que esta bien.

danubio dijo...

Cierto, lo peor es que esta sociedad está diciendo que están bien muchas otras cosas que van van en detrimento de la unión familiar,el respeto, la honra y los bienes de los demás. La esperanza es que todo parte de pequeñas acciones como esta de unirse alrededor de un pesebre y proyectar con el ejemplo la convivencia y el respeto a las ideas y a los derechos de los demás. Saludos y Feliz año.