miércoles, 29 de enero de 2014

EL TELÉFONO NEGRO

ALÓ, este es el 340 62

Somos testigos de un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa, para los que recién llegan deben saber que las cosas que ahora tenemos no siempre estuvieron con nosotros ni tampoco serán las últimas, muchas otras y más maravillosas están llegando y de seguro muchas más vendrán.


Nos acomodamos rápidamente a los cambios, todo cambia y se transforma. Igualmente el hombre evoluciona y crea herramientas según lo exijan sus necesidades. Pasamos del descubrimiento del fuego y las lámparas de aceite a la energía eléctrica y al bombillo, del primer cuchillo de piedra al cortador láser, de la escritura cuneiforme en tabletas de arcilla al ibook.

Aún recuerdo el día que nos instalaron el primer teléfono en la casa, un flamante Ericsson negro de pared, lo último de la tecnología de entonces.

Una vez instalado colocaron una etiqueta en una pequeña pestaña que tenía en la parte superior, era el número de nuestra línea que desde ese momento nos conectaba con el mundo, era el 340 62.

Ya no había que salir a buscar las cosas, solo se pedían a domicilio a la carnicería, al granero o a la farmacia. Igual podíamos hablar directamente con nuestra familia que estaba en otro barrio, o más maravilloso aún, podíamos comunicarnos a otra ciudad o a otra parte del mundo a través de una operadora.

¿Qué inventarán después?, nos preguntamos.

No sé cuantos años han transcurrido desde que me instalaron la primera conexión a internet, para mí fue como en un abrir y cerrar de ojos, era una conexión telefónica que desde que arrancaba producía una secuencia de extraños zumbidos, a pesar de que comparadas la velocidad del ordenador y la conexión de ese entonces con las actuales son como el día y la noche nos parecía extraordinaria, insuperable, maravillosa.

¡Ah!, olvidaba mencionar algo mucho anterior a la internet. En los años ochentas los primeros computadores trabajaban únicamente con el sistema “DOS”. Mi primer ordenador personal fue unTexas Instruments TI-99/4A.  Ahora Muchos de los que leen esto ni lo habrán oído mencionar. Basta que les diga que los monitores tenían conexiones RCA por lo que también se podían usar los televisores normales con un pequeño convertidor a la entrada de antena. La velocidad creo que era de unos 16 Byts y tenía la posibilidad de ampliar su ROM interna mediante cartuchos especiales con el extra que fueron los primeros en traer algunos periféricos, como por ejemplo una impresora. Ahora que lo pienso creo que fue maravilloso iniciarnos en los albores de las computadoras personales. La pantalla que se obtenía era negra, igual que la de los videojuegos como el telebolito. Aún conservo tanto mi ordenador con sus manuales y el videojuego, y funcionan. Para usarlos, no exagero, había que estudiar mucho los manuales o hacer un curso.

Con la llegada del Windows este lo que hizo fue hacer más fácil el manejo de los ordenadores, pero aún exigiendo el uso de muchos de los comandos del DOS, por lo que seguía siendo un poco complicado. Ahora Tanto Windows como Macintosh y los otros sistemas operativos eximen al usuario del conocimiento del DOS, del que ni se enteran de que está incluido, o eso creo, porque no soy muy conocedor del tema.

Pero creo que ya es suficiente de esto que solo menciono por considerarlo interesante para los que no pasaron por esos procesos.

¿En qué íbamos?, ah… si en lo del 340 62 y el desfile de cosas que nos han acompañado en nuestra vida cotidiana. Ahora no es raro ver a los niños manipulando con una habilidad pasmosa sus tablets y sus teléfonos inteligentes, conectados con Wifi y pasándose datos, música e imágenes usando el bluetooth, una cosa inimaginable en los tiempos de los primeros teléfonos instalados en Medellín.

Todo cambia y evoluciona, el hombre sigue creando sus herramientas, estimulando nuestra capacidad de sorpresa. Un momento que suena el teléfono.

- ¡Aló!, este es el 340 62.

martes, 28 de enero de 2014

EL PASADO SI IMPORTA

Divagaciones no autorizadas sobre el tiempo.

Lo que pienso que escribiré viene del pasado y se plasmará en el futuro, lo que digito en el teclado son chispazos de un presente que una vez tecleados ya serán pasado, caramba esto es complicado.

"Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir por siempre."
Mahatma Gandhi.

Escuchando una conferencia que trataba como idea central al pasado como un lastre y al futuro como algo que no debe preocuparnos porque aún no existe, algo se movió en mi mente.

 ¿Acaso el pasado es un lastre?, ¿Y el futuro algo que solo debemos esperar sentados a que llegue como las aguas de un río?

Sentía que algo no andaba bien en el enunciado central de la conferencia, estaría mejor decir que el pasado no debe convertirse en un lastre, y que el futuro no debería causarnos constante temor y angustia.

El pasado es un presente que ya pasó, el futuro será un presente que encontraremos, y el presente es el constante viaje del consciente en el eterno fluido de la vida. Unos y otros inevitablemente tienen una carga de acontecimientos buenos y malos, deseables e indeseables.

El pasado es valioso y sí debe importarnos, es la fuente de referentes que influyen directamente en el presente y la guía a partir de la cual deberíamos vivir el presente para construir el futuro.

En tres tiempos se divide la vida: Presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; y el pasado, cierto”.
Lucio Anneo Séneca.

El pasado de hecho ya pasó, como fue es y es inmutable, él nos ofrecerá recuerdos agradables o desagradables, no importa como sean, siempre será el pasado algo que si importa, pues nada más y nada menos contiene todos los archivos de nuestra existencia a los cuales acudimos cada instante del presente para dirigir nuestro viaje, sin él sucumbiríamos y nos perderíamos en la nada, en el no ser.

La vida humana representa, la mayor parte de las veces, una ecuación entre el pasado y el futuro”.
José Ingenieros.

El tiempo de la acción es el presente, es la etapa de la construcción del futuro a partir del pasado. El presente es la aventura, el goce, el sufrimiento, la risa y el llanto. El hoy es también el tiempo de la creación del software que guardamos en el disco del pasado y que dirigirá nuestra vida del hoy hacia el mañana.

El mejor profeta del futuro es el pasado”.
Lord Byron.

Tratemos pues de vivir en concordancia con la naturaleza que es la esencia del milagro de la vida, preparémonos y aprendamos como si fuéramos a vivir para siempre, vivamos como si fuéramos a morir mañana.