domingo, 8 de marzo de 2015

FARLEY VELÁSQUEZ Y LA HORA 25

"No creo que la vanidad tenga que ver con el hecho de ser actor. Actuar es menos acerca de uno mismo y más acerca de lo que se trata de comunicar".
(Al Pacino)



Marzo 7 de 2015

Llego al teatro Hora 25 para hacerle la entrevista programada al gran actor y director de teatro Farley Velásquez. Me siento en una mesa del acogedor bar que tienen allí y preparo la grabadora y la libreta de notas. Farley está en la barra conversando con un amigo mientras disfruta un vaso de vino rojo. Cuando se percata de mi presencia me saluda agitando su mano y luego con la palma de la mano abierta me hace entender que enseguida me atiende.

No tarda mucho y toma asiento al frente mío. Luego del saludo de rigor le entrego una hoja con los asuntos que quiero que tratemos. Le digo que más que una entrevista de preguntas y respuestas me gustaría que él fuera contando su historia con un monólogo muy a su estilo.

Sin afán y en silencio estudió las notas, igual que lo hace leyendo sus libretos. Se tomó otro sorbo de vino y me dijo: Podemos comenzar maestro.


Su amor por el teatro.

Dicen que uno viene con información de otras vidas y otros seres…, mi relación ha sido con personas que han escrito teatro, es con los que más he conversado, con los muertos que nos legaron su literatura antigua. Cuando uno comienza a hacerse preguntas sobre su existencia, del porqué vino a esta vida… y que tiene que hacer, entonces mucha gente te dice, tienes que trabajar. Yo me preguntaba: ¿A qué he venido a este mundo y cuál es mi tarea?

Desde pequeño me gustaba mucho jugar, y entonces en esa búsqueda del juego empecé a encontrar, el escenario, el teatro. Cuando evoco ese tiempo viene a mi mente un frase de Hölderlin, “Ojalá no olvidemos lo que de niños prometimos” y yo desde niño me prometí hacer del teatro mi vida.

Empecé a hacer teatro en el colegio La Salle, luego en la universidad, y empecé a dirigir grupos de teatro, entonces comencé a ver que mi sueño comenzaba a hacerse realidad. Comprendí que el  teatro más que un medio para expresarse y hacerle sentir cosas a las personas, era una forma para llegarle al ser humano.

Comencé con muchas dificultades, con mi familia en contra, el sistema y la sociedad en contra… Todo estaba en contra. Las personas que quieren iniciarse en el teatro siguen enfrentándose a muchas dificultades y obstáculos.


En mi caso mi familia nunca quiso apoyarme en esta decisión. Tuve que ponerme a trabajar, sin abandonar los estudios, y logré encontrar en el teatro la razón de la existencia, que era lo que traía en mí. Cuando hablaba con mi abuela ella me contaba historias en la finca y escuchábamos las radionovelas, y entonces sentía que el mundo mágico del teatro y la actuación me llamaba desde entonces. Ese lugar de la soledad de la tristeza del dolor, de la muerte y de la vida. El teatro me absorbe, vive dentro de mí.

Siempre  he estado en esa búsqueda del  teatro que habitaba en mí, en mi espiritualidad y en mi interior, que me permita comunicarle con los demás.

¿Se puede vivir del teatro?

Esa ha sido la eterna lucha que los artistas hemos enfrentado, recordemos a Vincent van Gogh vendiendo sus pinceles para sobrevivir, o a Rembrandt pintando retratos a domicilio, que a veces ni se los compraban. Solo cuando un artista llega a tener reconocimiento pleno de la sociedad y se vuelve un icono, puede comenzar a vivir bien de su trabajo. En el caso del teatro el asunto es más difícil, pues no vamos tras la fortuna, aunque uno quiere vivir de lo que ama, y bien o mal vivimos de él. No es el camino para buscar cosas materiales,  nuestro mayor anhelo es llegarle al público, para conmoverlo y hacerlo pensar.

Sus inicios.

Mis primeras experiencias profesionales fueron en la comuna 5, barrio Castilla de Medellín, donde comencé a hacer talleres el centro cultural Los Pingüinos. Vengo del los barrios Florencia y Castilla, luego llego a Prado Centro en 1994, allí estuve hasta el año 1999 cuando abrí el teatro actual del Barrio Cristóbal, acondicionando una casa vieja para hacer teatro. Los teatreros no somos de salas enormes, preferimos estos sitios por su ambiente familiar e íntimo, donde podemos pensar y crear el teatro que nos gusta hacer.

Farley y Fanny Mikey


Con Fanny tuve una relación del alma, porque ella decía que un amigo es un hermano, me la encontré en el camino siete años antes de su muerte y comenzamos a disfrutar lo que hacíamos, a ser amigos.

Una vez le pregunté: “Vos por qué sos amiga de una persona como yo, que vivo en un barrio popular, que no pertenezco al mundo de la farándula y del reconocimiento”.

Ella me contestó simplemente: “Yo solo necesito un amigo que me ayude a morir

Estaba presintiendo que estaba en el ocaso de su vida y quería gastarse ese tiempo con la gente que quería estar, con el teatro que quería hacer. Ese tiempo con Fanny fue maravilloso, vital. Ella apreció mucho mi teatro, me invitó a hacer varias temporadas en Bogotá y a dirigir su última obra: Perfume de arrabal y tango.

Fue una relación muy profunda y de gran aprendizaje, lo que recibí de Fanny fue un legado de su vida, de su historia, de su amor tan profundo por el teatro. Creo que Fanny tenía unos cinco o seis directores colombianos preferidos, y según ella, yo estaba en esa lista, cosa que aún me llena de mucha satisfacción y me obliga a superarme día a día.

En Perfume de arrabal y tango, la obra que dirigí en su teatro, ella hacía una reminiscencia de su vida… de un regreso al pasado en su amada Argentina, a su amor por el tango, por sus amigos y el vino. Comprendí entonces que esa obra era como su despedida y el porqué de sus palabras: Yo solo necesito un amigo que me ayude a morir

No hay nada casual.

Yo creo que no, uno se encuentra con los seres que uno invoca o que la vida le pone en el medio para aprender, para crecer… cada persona que llega a nuestra vida es una oportunidad para uno conocerse y crecer, y Fanny fue una de esas “casualidades”. Nunca olvidaré nuestras charlas sobre la vida, la melancolía, la nostalgia, la belleza el amor. Fanny sigue viviendo en lo más profundo de mi alma y mi corazón, ella para mí no se ha ido y me acompaña cada vez que actúo en mi teatro, es una presencia fundamental y una inspiración en mi vida.

Su obra preferida.

(Risas) Hay obras que me han exigido muchísimo desde la puesta en escena, recuerdo una obra muy fuerte que monté: El diario de un ladrón de  Jean Genet, que me obligó a encarcelar al público… con escenografías que se movían, celdas que cambiaban de espacios, tuvo una excesivo trabajo de iluminación y de vestuario.

El rey Lear me demandó una investigación de la pintura renacentista, en esa ocasión me enamoré del claroscuro, de la llamada técnica del tenebrismo que usó Rembrandt y que trabajé muchos años observando sus pinturas, inclusive tuve la oportunidad de ver sus pinturas en el Hermitage de San Petersburgo. Allí concebí usar esa técnica en algunas de las puestas en escena de La Hora 25. Esa técnica fue la que usé en el rey Lear, que muestra escenas simulando la iluminación de una vela.

Electra me trajo gran alegría por haber recibido el premio nacional del ministerio de cultura por dirección y montaje en el 2007.

Ahora tenemos la temporada de La mujer de las rosas, basada en un cuento de nuestro nobel Gabriel García Márquez, que me inspiró una puesta en escena sin palabras… Al final cada obra en su momento ha sido para mí muy importante, no podría entonces decir que prefiero a ninguna sobre las otras.

Estudió teatro o se formó en el teatro.

Soy egresado de la Escuela Popular de Arte de Medellín, Hice estudios de dirección de teatro en Barcelona en la sala Beckett, con muchos de los maestros españoles como José Sanchis Sinisterra. Hice un trabajo en España y regresé a Medellín donde La hora 25 se consolida programando sus montajes en el año 96.

El teatro es magia.

Yo creo que todo lo que habita en el ser humano es magia. En el hombre hay tantos sentimientos encontrados… tantas paradojas… en él  navegan la crueldad, la belleza, enormes contradicciones. El hombre puede ser cruel o ser tierno, observo a diario esto en el teatro de la vida que inspira en parte mi trabajo. Enriquece hablar con el mendigo, la prostituta, con los jóvenes, con el hombre viejo… de todos ellos se aprende. Mi teatro no tiene ninguna ideología política, está instalado en la sensibilidad del espectador. En resumen si hay mucho de magia en el teatro.

El semillero.

Esperaba que las escuelas de arte y actuación formaran a los actores que deseamos, pero lamentablemente no se ha logrado establecer el puente escuela-teatro. Por esto muchos grupos teatrales han tenido que formar directamente a sus actores. Hay brechas enormes entre la academia y el grupo de teatros de la ciudad. Los jóvenes que salen de la universidad parecen tener unas expectativas diferentes, un desconocimiento de la disciplina que esto implica, y se impone un nuevo aprendizaje con el grupo y su permanencia en él, conociendo nuestras propias técnicas para trabajar con nosotros.

Nuestros talleres están abiertos. Ahora mismo hay inscripciones para niños de 7 a 13 años para el horario de 8 de la mañana a 1 de la tarde todos los sábados, con un tiempo de duración de 8 meses y sin costo gracias a los aportes del Municipio de Medellín.

Para personas mayores de 13 años  también hay inscripciones para el horario de 10 de la mañana a 4 de la tarde durante 12 meses, (Este último tiene un costo de $120.000) y ambos con inscripciones permanentes. Les hacemos talleres con muchos reconocidos maestros invitados.

Su paso por EAFIT.


Trabajé durante 19 años en esa universidad, cuando inicié teníamos una asistencia al teatro de no más de 8 personas para ver las presentaciones, y en ese periplo esto cambió y hasta ocupamos el primer lugar  en el Concurso Departamental de teatro con la obra Hécuba, de Eurípides. Ese tiempo fue una experiencia maravillosa y multiplicamos la asistencia de 8 a 500 espectadores por función. Pero la vida y las personas cambian y llegó para mí el fin de este proceso. Me complace haber sido parte de esta historia.

Las adaptaciones.

Obviamente al poner en escena por ejemplo a Shakespeare, debemos hacer un montaje para tratar de llevar su mensaje a  todos los asistentes. A veces me han criticado por mostrar algunas escenas, para algunos, muy atrevidas. Pero lo que pretendo es mostrar a este escritor que fue quien mejor describió la condición humana, el hombre que mejor nos pensó.

En Romeo y Julieta dos enamorados llevan su amor hasta el suicidio. Ricardo lll llega al poder asesinando hasta su propia familia. El rey Lear nos muestra la problemática filial, la ingratitud y la vejez. Los griegos recrean las venganzas, las guerras y las constantes disputas que existen entre los hombres. Antígona, Desdémona, Hécuba, Medea, Hamlet y El rey Lear, son obras que hablan de la descomposición de la familia. Cuando la familia se descompone y fracasa en un sistema, se cae en la decadencia de un país y en la guerra.

La mujer de las rosas.


Este montaje fue una idea original de Héctor Gallego Lorza y mi persona. Estudiamos este texto del cuento de Gabriel García Márquez: “Alguien desordena estas rosas”. En este texto han trabajado muchos. Es una obra profundamente melancólica, un tratado de la muerte, de la vejez. Nosotros lo mostramos como un cuadro en movimiento que llega muy bien a los espectadores.
Un  teatro es un encuentro de muchos saberes, de muchas voluntades.

Quién es Farley.


Libro de visitas en La Hora 25
(Risas)
* Es  un hombre que sabe que va a morir, que es consciente de la muerte, que hace todos los días su teatro, abre el telón a pesar de las dificultades, solitario, le gustan los perros, que lee mucho, que le encanta morir en el escenario, que ha convertido el reflector en su sol… el teatro en su tumba, y que gasta su existencia actuando para el público.

La hora 25 no sale solo de mí, sale de muchas otras personas, los actores, los escenógrafos, luminotécnicos, sonidistas y todos los implicados en la logística, pero sobre todo de nuestros espectadores.  Gracias a todos ellos existimos.


Septiembre 1 de 2015.
Muere el dramaturgo antioqueño Farley Velásquez.

FARLEY VELÁZQUEZ OCHOA
1966 - 2015

Te presentamos la placa que recibimos en Bogotá el pasado 14 de octubre en el homenaje póstumo a nuestro maestro, amigo y director Farley Velásquez.
Infinitas gracias al Festival de Teatro de Bogotá, por invitarnos a inaugurar la XI versión de este evento. Además expresamos nuestra gratitud al público bogotano que nos recibió a sala llena en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán. Con su apoyo y el de todas las personas que aprecian, aman y disfrutan el teatro, seguiremos el legado de nuestro director. (Publicada en la biografia de Hora 25 en Facebook)






El Colobiano septiembre 1 de 2015
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Entrada relacionada en el blog: La mujer de las rosas


2 comentarios:

Angela María Gómez Z. dijo...

Que interesante la entrevista y tan premonitoria, increíble.
La verdad era un hombre muy interesante. Paz en su tumba.







danubio dijo...

Hola Ángela, así es. Farley siempre fue muy amable al conceder las entrevistas que les hice. Su partida fue una gran pérdida para la cultura de Colombia