domingo, 27 de agosto de 2017

CUANDO LLEGA EL OLVIDO

CQ... CQ...
CQ es un código utilizado por los radioaficionados para realizar una llamada general. La transmisión de las letras CQ en un determinado radio de frecuencia es una invitación para todos los operadores que escuchan en esa frecuencia respondan.


A veces el olvido llega antes de la despedida final, cuando aún el camino no ha acabado. Cuando la fortuna y la salud ya no hacen parte de la vida y muchos de los que te acompañaron en los tiempos de las mieses te abandonan.

Los radioaficionados de Medellín recordamos a Marina, estación Pepita, involucrada en la organización de eventos y convenciones de oncemetristas de la ciudad y perteneciente a una familia muy adinerada. Pero los giros de la vida son impredecibles y cambiaron su existencia de forma dramática.

Un amigo me hizo una llamada telefónica para contarme que en el noticiero habían pasado una nota sobre la colonia de Belencito en la que habían entrevistado a una señora que se parecía mucho a Marina, pero nos parecía muy improbable que fuera la que conocimos cuando gozaba de una holgada situación económica.
Para salir de dudas busqué la nota en la web y afortunadamente ya la habían pegado. Con gran sorpresa corroboré que si era nuestra amiga.

Así fue que al día siguiente visité ese lugar, y a pesar de no ser día de visita, me permitieron ingresar para hablar con la trabajadora social. Me contaron que había llegado hacía un año y que nadie la visitaba. Sus familiares siempre rechazaron las invitaciones de la institución y finalmente dijeron que no querían saber más de ella.

Luego de esta reunión me permitieron hablar con ella. La encontré en el corredor de la vieja casona que ocupa la colonia. Se alegró mucho al verme y alcanzó a contarme muchas cosas a pesar del corto tiempo que nos concedieron. Las visitas solo están autorizadas los días jueves, domingos y festivos de 1:30 P.M. a 4 P.M.

Desde entonces la he visitado con frecuencia y me cuenta los detalles de su triste historia. Por ejemplo me dijo que antes de ser incluída en el programa de protección y atención de la Colonia Belencito, deambuló casi un año por las calles en estado de indigencia. También me dijo que llamó a algunas personas que consideraba amigas, pero siempre le colgaban el teléfono.

Me pidió que escribiera su historia, pues le gustaría que así se enteraran muchos amigos de su difícil situación y se animaran a visitarla. El principio de su desgracia comenzó cuando una persona allegada le suministró escopolamina y le hizo firmar traspasos de sus propiedades. Además vaciaron sus cuentas bancarias y luego de un tiempo que ella no logra definir la abandonaron en el baúl de un taxi en una zona alejada de la ciudad. Una patrulla de la policía que casualmente pasó por allí logró liberarla del encierro cuando era ya de noche.

Me dijo que su familia no la apoyó ni le ayudó en ese difícil trance, y que de la noche a la mañana deambuló por las calles y durmió en las bancas de los parques.

He recopilado muchas otras cosas de su vida que aún no debo escribir hasta tenerlas más claras, y que corresponden al período de su niñez y su infancia.



Cumple 62 años el 6 de septiembre, día que coincide con la visita del Papa Francisco a Colombia. Que bueno sería que los amigos de Marina que lean esto la visiten por su cumpleaños y le den un poco de luz a su vida.


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