domingo, 22 de marzo de 2020

PRECOGNICIÓN

Entretenimientos de cuarentena.


fotografía de una cocina caótica que se ha hecho viral en Facebook

Ahora nos enteramos de la cantidad de cosas que hay por hacer en una casa. En este tiempo de confinamiento decretado para desterrar al virus COVID-19, debemos colaborar y escoger entre tantas actividades, como barrer, trapear, sacudir, limpiar baños y persianas, cocinar, lavar los trastos sucios, regar el jardín, o ir de carreras a la tienda si se acaban el quesito o las arepas, exponiéndonos al contagio. 

Y la lista aún no termina para muchos, a los que se les agregará, bañar, cambiar pañales, entretener y atender a los niños. Entrar a las redes sociales y escribir en el blog es otra opción interesante.

La decisión era difícil en mi caso, pero al fin resolví  el asunto  al elegir las dos últimas alternativas. He aquí el resultado que espero les guste. Ahora, en verdad hay que sacar tiempo para todo, y hacer otras tareas de la casa.

Déjà vu, déjà vécu, Precognición, Médiumnidad.


Tendría 15 o 16 años cuando tuve una extraña experiencia que ahora no sé si llamarla déjà vu, déjà vécu, precognición o médiúmnidad. Pensándolo bien, el nombre del hecho en realidad  no importa mucho. 


Recuerdo aún el número: 340 62

Era un domingo en la mañana cuando desperté y no quise levantarme, pues no había colegio. 

Decidí quedarme en la cama otro "ratico" haciendo pereza, mientras escuchaba los agradables sonidos que llegaban desde la cocina. Oía el chirrido metálico de la máquina de moler, el batir acompasado del molinillo en la chocolatera; y los deliciosos aromas del cacao y de las arepas que se asaban. 

Escuchaba la conversación de mi madre y mi hermana cuando el timbre del viejo teléfono de pared sonó fuertemente. La curiosidad me invadió y puse especial interés para enterarme de quien sería esa llamada tan tempranera.

Mi hermana contestó y agucé mis oídos:

- Hola querida, ¿como estás, que hay de nuevo?
- ¿Cómo así?, ¿María Emilia se quebró un brazo?
- ¿Y como está?, bien, que bueno que ya está en casa. "Saludes" a todos. Esta tarde iremos a visitarla.
- Hasta luego.

Satisfecha mi curiosidad volví a dormirme por un rato. Un poco más tarde me levanté y fui directo a la cocina a preguntar sobre la novedad de la prima Maria Emilia. La respuesta que me dieron me hizo pensar que me estaban tomando el pelo.
- ¿Maria Emilia?, no sabemos nada de ella hace algún tiempo, seguramente soñaste eso.

En ese momento el viejo teléfono Ericsson negro volvió a timbrar; me quedé expectante mientras mi hermana lo atendía así:

- Hola querida, ¿como estás, que hay de nuevo?
- ¿Cómo así?, ¿María Emilia se quebró un brazo?
- ¿Y como está?, bien, que bueno que ya está en casa. Saludes a todos. Esta tarde iremos a visitarla.
- Hasta luego.

Mi hermana regresó a la cocina y nos quedamos pasmados sin entender lo que había pasado.

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