martes, 27 de abril de 2010

DESAPARECIDOS

Algo extraño está pasando y parece que nadie se da cuenta, en mis caminatas diarias recorro calles y avenidas, cosa que me recomendó el médico y me produce un gran placer.

Avanzo casi sin darme cuenta y recorro muchos kilómetros, miro las vitrinas de los centros comerciales y de otros muchos almacenes que están sobre la avenida 81, respiro los aromas tentadores que salen de los restaurantes y asaderos de carne, las dulces emanaciones que desprenden los helados de vainilla y chocolate.

Avanzo sin notar que camino, casi floto sobre las veredas. Pero mi relación idílica con el ejercicio cardiovascular se ve interrumpido con los cartelitos que desde hace algún tiempo se exhiben en los aparadores, muros y postes, en ellos aparece la foto de la persona desaparecida, los textos casi son iguales: “Se busca a XXXX, extraviado desde el día tal, cuando recorría tal sector, se dará recompensa a quien informe sobre su paradero”.

Algo está pasando y parece que nadie lo notara, la gente pasa indiferente ante los cartelitos hechos en impresoras caseras, en esas casas que están sufriendo la angustia de un familiar desaparecido, pasan velozmente como evitando adrede mirar estos tristes mensajes.

Fotos de hombres y mujeres, casi todos jóvenes de buen aspecto, con caras de buena gente, muchos de ellos profesionales exitosos, padres, madres o hijos de familias buenas.

Algo está pasando, por que tanta gente se pierde en una ciudad que aún no es una magalópolis, en una ciudad que sigue siendo un pueblo grande. Como puede tanta gente perderse con tanto medio de transporte a su disposición, con tantos teléfonos públicos y móviles por todas partes.

Definitivamente no se pierden, como podrían extraviarse tantas personas en la plenitud de sus facultades mentales y físicas, eso es imposible, ellas no se pierden, solo desaparecen como si nunca hubieran existido.

A donde va toda esta gente, ¿será que fueron abducidos por extraterrestres?, ¿arrebatados ante el inminente apocalípsis anunciado para el 2012?, ¿O tal vez fueron raptados por alguna mafia traficante de órganos?.

Algo está pasando y parece que nadie se da cuenta, simplemente agachan sus cabezas o miran distraídos hacia el otro lado cuando pasan frente a los cartelitos, quizás aterrados ante la idea de estar algún día en la foto de uno de ellos, de formar parte de esta nueva generación de desaparecidos.

lunes, 26 de abril de 2010

NUESTRAS VISITAS

Gracias por estar aquí, saber que leen el blog es muy satisfactorio y me anima a publicar con más frecuencia esperando complacer sus espectativas. Algunas estadísticas a 26 de abril de 2010.



Visitantes desde el inicio del contador 5 febr. 2009: 14.633

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Dos últimos meses (Marzo-Abril 2010)

Día de mas visitas Abril 19/102 visitas.

Día mas páginas vistas: Abril 26/165 paginas vistas.

NIDO DE VÍBORAS

Un cuento no muy Chino.
Defendiendo lo indefendible.


Cuentan que hace algún tiempo vivía en una selva cercana al pueblo de Raphael un grupo de víboras muy venenosas. Estas se arrastraban entre los cultivos de maíz y de plátano de esta región ecuatorial y ya habían causado gran mortandad y miedo entre los campesinos de varios poblados.

Su ponzoña igual mataba vidas y almas, esto es así, como tenían el raro don de la palabra movían su bifurcada lengua y envenenaban a los espíritus puros, y cuando alguien se oponía a sus designios no dudaban en morderlo e inocularle su terrible veneno.

Ellas no eran nativas de allí, venían desde el otro lado del gran río a refugiarse en estas paradisíacas selvas, huían de los mata serpientes que ya les pisaban los cascabeles de sus colas. Cruzaban con gran habilidad las torrentosas aguas del río para ponerse a salvo y hasta habían construido una pequeña fortaleza en un claro de la manigua. Llegados al sitio después de sus mortales incursiones en la tierra de Colón, se dedicaban a celebrar ofídicas bacanales que animaban con licor fino de Escocia y polvo de frula. Su jefe y rey se desparramaba en una hermosa hamaca indígena tratando de acomodar su desproporcionada barriga en el nido, mientras sus secuaces danzaban exhibiendo sus mortales colmillos.

Llevaban varios años en esto y recibían colaboración de algunos malos hijos del pueblo vecino, que a cambio de sus billetes verdes les proporcionaban todo cuanto querían, caviar del mar Caspio, dátiles de Arabia, whisky Escocés, Jamón Serrano, prosciutto italiano y todas las delicatessens y postres de las que se antojasen.

Se bañaban con finísimas lociones para ocultar su hedor de depredadores nauseabundos, llegaban a pensar a veces que eran felices al verse en tal opulencia material.

Aquella colonia más parecía una sucursal del infierno por la malignidad de sus habitantes. Se sentían a salvo y por eso muchas veces permitían que sus culebras de vigilancia se relajaran con las culebrillas que ocasionalmente venían de los prostíbulos de la vecindad. Esto fué su perdición, pues el nuevo líder de los mata serpientes estaba planeando perseguirlos allende el río sin importarle las consecuencias, quería diezmar ese nido de víboras que tanto daño estaban causando a la humanidad.

El día señalado las libélulas cruzaron sobre el río y se dirigieron hacia la colonia de los ofidios, volaban muy bajo para evitar ser detectados por los ya identificados colaboradores del rey de las víboras, la oscuridad de una noche sin luna los hizo invisibles y por eso cuando lanzaron su apocalíptico fuego los tomaron por sorpresa, no hubo compasión ni previo aviso, solo aniquilación total, igual que las historias del éxodo. Tenía que ser así, la peligrosidad del veneno mortal de aquellos bichos no dejaba otra alternativa.

Ahora algunos que defienden lo indefendible se arrancan sus cabellos y rompiéndose las vestiduras lloran el exterminio del nido de víboras. Levantan sus manos al cielo y juran que nunca permitirán que esto se repita.
Acaso no le dirían a quién por algún motivo note que una víbora venenosa entre al cuarto de sus hijos, por favor rompa la puerta y elimínela como pueda, y por ello sabrían agradecer y recompensar su buena obra.
Si este a quien acaban de hablar comienza a pedir autorizaciones aquí y acullá, el desenlace sería muy triste de seguro.

Por favor no defiendan lo indefendible. Cualquier parecido con la realidad que pueda tener este cuento no es mera casualidad.