miércoles, 10 de septiembre de 2014

LA PRIMERA VEZ

Nada es fácil ni difícil, solo atrévete y la próxima vez lo harás mejor.

Definitivamente todos nacemos sin experiencia,  pero la vida nos ofrecerá cada instante un nuevo desafío. Aprender y hacer es la consigna desde el momento en que nacemos.

El bebé luego del parto debe aprender a respirar, es la primera decisión trascendental que toma en su primer segundo de vida, descubre que el aire es el que le da aliento, y llora con todas sus fuerzas para que se dilaten sus pulmones.

Aunque aún no tiene control de su cuerpo no duda en agarrarle un seno a su madre y localizar la fuente de su primer alimento, cosa complicada que luego de pocos minutos domina a la perfección.

Después viene el aprendizaje  de gatear, ponerse en pié y caminar, otro de los grandes desafíos, y lo logra a pesar de que la estructura humana parece no haber sido diseñada para andar erguido. En esa etapa también descubre por primera vez el dolor y el bienestar, la alegría y la tristeza, en general comienza a descubrir los sentimientos, el calor y el frío, el amor y el sexo. Que curioso, pero si parece una programación binaria.

El primer día en el jardín infantil puede ser angustioso, pero le hace vislumbrar que el mundo es grande y se extiende más allá de las paredes de su hogar. Y siguen la escuela, el colegio, la universidad, el trabajo. Se hace cada día más grande en edad y experiencias.

Pero siempre habrá una primera vez, un nuevo desafío a superar. Y qué bueno que sea así. Un día en el que no aprendamos algo nuevo, que no nos sorprenda algo por primera vez, será un día desperdiciado.

Como decía Séneca: “Debes aprender mientras dure tu ignorancia"; Y si creemos al dicho, eso será mientras dure tu vida.

Para muestra un botón, este hombre nativo de Papúa Nueva Guinea aún descubre a su edad un nuevo desafío al ver por primera vez una escalera eléctrica. Resume su actitud la esencia del Aprender y hacer.

Nada es fácil ni difícil, solo atrévete y la próxima vez lo harás mejor.



domingo, 7 de septiembre de 2014

SALUDCOOP - HISTORIA DE UN ASALTO

Jorge Enrique Robledo Castillo (n. Ibagué, Tolima, 11 de febrero de 1950) es un arquitecto, profesor y político colombiano. Es miembro del Polo Democrático Alternativo y ha sido elegido por voto popular para integrar el Senado de Colombia.

Robledo se ha caracterizado por ser uno de los miembros de la oposición más críticos con el gobierno del expresidente Álvaro Uribe y el actual presidente Juan Manuel Santos, ha liderado desde su partido la oposición a los Tratados de Libre Comercio entre Colombia y diferentes potencias mundiales. Su labor en el Senado lo ha llevado a ser considerado en varías ocasiones como el mejor senador del país por parte de líderes de opinión y de sus colegas senadores.

SALUDCOOP: EL MAYOR ASALTO AL PATRIMONIO PÚBLICO

Transcripción de la intervención del senador Jorge Enrique Robledo, plenaria del Senado, 2 de septiembre de 2014

1,4 billones y aún más de la salud de los colombianos están por perderse El ministro de salud Gaviria debe renunciar

 La demanda penal por defraudación contra el cartel de las EPS duerme el sueño de los justos. El fiscal general de la Nación, encargado de investigar el robo, hizo contratos con Saludcoop por más de 5 mil millones de pesos. Está comprobado que, con la Ley 100, el sistema de salud de Colombia no tiene arreglo. Según la Contraloría, el Minsalud ha incumplido lo ordenado por la Corte Constitucional sobre la UPC. Sigue habiendo corrupción con los recobros del Fosyga. Más de 6 billones les deben las EPS a hospitales y clínicas. De 955 ESE existentes en Colombia, 430 se encuentran en alto riesgo financiero y 568, en riesgo entre alto y medio. Según la Defensoría, hubo en 2013 casi 300 mil denegaciones de servicios de salud.

Según la Defensoría, en Colombia se presenta una tutela cada cuatro minutos, la mayor parte con exigencias en salud. Ilegalmente, con la plata de la UPC, Saludcoop compró 28 clínicas, 14 lotes, una inversión en el Río Grande Country Club, la Lavandería Impecable y Saludcoop México. Según la Contraloría, Saludcoop le adeuda 1,4 billones de pesos al sistema de salud, porque se los apropió ilegalmente. También les debe 583 mil millones a las IPS. Saludcoop ha incurrido en causal de disolución y liquidación. Y el gobierno no hace nada. Entre el 2010 y el 2013, la cartera vencida de las EPS con las IPS pasó de 1.9 a 4.2 billones de pesos. El ministro y el superintendente deben renunciar. El sistema de salud requiere alta cirugía y cambios de fondo, no paños de agua tibia.

 Empiezo expresando mi voz de solidaridad con los ibaguereños y tolimenses que hoy padecen un desastre con su principal hospital, el del departamento, el Federico Lleras, sumido en una crisis gravísima. Y vamos a ver en el debate cómo hay muchas crisis más en la red pública. Lo quiero poner como un ejemplo para ilustrar en qué momento estamos adelantando este debate.

 Recordemos que en 2011 hice un debate que de alguna manera es el antecedente de este otro. Lo que advertimos en ese momento es lo que ha pasado a lo largo de estos casi tres años. Y voy a explicar cómo las cosas, lejos de haberse resuelto, se han incluso empeorado, tanto en lo relacionado con el funcionamiento general del sistema de salud, como en lo que tiene que ver con el caso Saludcoop, un asunto sobre el que me detuve en detalle aquella vez. Apoyado en decisiones de la Superintendencia de Industria y Comercio, denuncié que las principales EPS del país habían montado un cartel, fue la palabra que usó la Superindustria, para defraudar, para robarse, usando un lenguaje coloquial, los recursos de la salud. Señalé también cómo Saludcoop había inflado sus cuentas de medicamentos en 800 mil millones de pesos. Poco después, la viceministra de Salud les interpuso una demanda penal, que duerme el sueño de los justos. Hablamos de las manipulaciones con los recobros del Fosyga y cómo se pagaban medicamentos a unos precios absolutamente escandalosos, de los horrores de la integración vertical como instrumento para defraudar el sistema, de las inmensas deudas de las EPS a las IPS y de la crisis hospitalaria tanto pública como privada. Demostramos cómo la auditoría del Estado a las cuentas del cartel defraudador era prácticamente inexistente, porque las EPS informaban lo que querían y, en cierto sentido, también hacían lo que querían.

 Mencioné específicamente que me parecía un gran desacierto haber nombrado como fiscal General de la Nación a quien venía de tener contratos por más de 5 mil millones de pesos con Saludcoop, empresa fuertemente cuestionada en ese momento. Precisé que, de acuerdo con la Superintendencia de Salud, Saludcoop se había embolsillado ilegalmente, o robado, digamos para usar un lenguaje más directo, 600 mil millones de pesos de recursos de la salud. En ese momento la decisión estaba impugnada, pero ya era una decisión de la Superintendencia de Salud. Expliqué que la salud de los colombianos era terriblemente mala. Y señalé por último que con la Ley 100, el sistema de salud de Colombia no tendría arreglo.

 La idea, colegas, es volver a mirar qué ha pasado, qué es lo nuevo y cómo vamos. Y comienzo por hacer una advertencia. Este no es un debate contra el cooperativismo, no tengo nada contra esa respetable actividad de los seres humanos. Tampoco es un debate contra los trabajadores de Saludcoop. El pleito es con algunos de los directivos de Saludcoop, de ninguna manera contra los trabajadores y mucho menos contra los pacientes de Saludcoop, en buena medida víctimas de este desastre.

 Voy a partir mi intervención en dos grandes temas. El primero, qué pasa con el sistema de salud en Colombia. El segundo, de qué se trata el caso Saludcoop. Y voy a concluir señalando que las cosas andan de mal en peor. Voy a señalar mi insatisfacción por las explicaciones que me han dado tanto el ministro de Salud, el doctor Gaviria, como el superintendente de Salud. Y dependiendo de las explicaciones que oiga hoy, es probable que concluya pidiendo renuncias, porque pienso que alguien tiene que responder por las cosas cuando no funcionan de manera adecuada.

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