sábado, 18 de abril de 2015

LA COLCHA DE RETAZOS

Rodrigo Correa Palacio nos ilustra de una manera amena la tradición de tejer colchas de retazos


Rodrigo Correa Palacio (1923-1996), nació en la hidalga ciudad de Sonsón (Antioquia), el 14 de junio de 1923. Hijo de don Félix Antonio Correa Arango y doña Esther Palacio Mejía. Casado con Miryam Vélez Trujillo, el 19 de marzo de 1948; cinco hijos: Ricardo, Magaly, Héctor Rodrigo, Cristian y Octavio Augusto. Nueve nietos.

El maestro Rodrigo Correa Palacio, como era llamado, estudió su primaria en la Escuela Antonio José de Sucre (Sonsón) y su secundaria en el Colegio de Sonsón.
Desde muy joven casi un niño, se inicio en la investigación y promoción del folklore colombiano especialmente el antioqueño, así mismo penetro en el conocimiento del mundo de la poesía, algo que se le facilitó, ya que la familia Correa Palacio siempre ha estado relacionada con el mundo de los libros como bibliotecarios y libreros.

El maestro Rodrigo Correa Palacio, fue reconocido como uno de los principales hombres que ha dado la radio latinoamericana habiéndose destacado por su rectitud, capacidad de trabajo, dominio del lenguaje y una de las más perfectas dicciones de este medio.
Sus inicios en la radiodifusión fueron en su tierra natal, en la emisora Ecos del Capiro, en 1941. Donde conoció los principios básicos de esta actividad. Al poco tiempo ingresó a la Voz de Antioquia, en la cual se desempeñó como Productor, Director General y Artístico, Maestro de ceremonias y Libretista. Estas mismas actividades las desempeñó en Radio Libertad, Radio Cadena Nacional y Todelar.

En la década de los 60' fue un distinguido presentador y animador en varios programas de la televisión nacional. En esta misma época entró a formar parte del elenco artístico de RCN. A finales de esta década regresa a Medellín y se incorpora a Todelar. Donde desempeñó aparte de las funciones anteriormente mencionadas, actividades especiales como la destacada en Cabo Kennedy, Houston, por la transmisión del vuelo Apolo 11, en 1969, (llegada del hombre ala luna).

Al mismo tiempo que tenía su actividad permanente en radio, se dedicó a promover y defender, los patrimonios culturales y éticos propios de la antioqueñidad, convirtiéndose así en el folklorista quizá más respetado y querido por los colombianos especialmente en Antioquia, el Eje Cafetero y norte del Valle.

La bandera del folklore siempre la llevó por medio de su reconocido programa Arrieros Somos, decano de los programas de tradición folklorica, el cual fue emitido al aire por 50 años ininterrumpidamente.

Una de sus principales actividades fue su gran trayectoria como declamador, considerado uno de los mejores del mundo de habla hispana, tuvo incontables presentaciones nacionales e internacionales.
Su voz y perfecta dicción y entonación le permitió interpretar la poesía universal de los grandes poetas de habla hispana desde el “Castellano Antiguo” hasta el lenguaje poético del folklore.
En el mundo de la poesía fue la gran voz, que dio a conocer la magistral poesía del poeta de la raza, Jorge Robledo Ortiz.
Su actividad discográfica fue de gran magnitud, ya que llevó la poesía universal a más de 30 discos (LP), siendo artista de las casas disqueras como Sonolux, Codiscos y Discos de Suramérica, a la hora de su desaparición dejó cinco discos inéditos.
En la década de 80' brinda su apoyo a la Gobernación de Antioquia, en la actividad de promotor de literatura en la Extensión Cultural Departamental.
Escritor fluido de temas folklóricos, con un lenguaje sencillo, ágil y agraciado, reconocido libretista, columnista y colaborador de varios periódicos, además entre sus obras podemos destacar los libros: "Arrieros somos", "Enjalmas y muleras" y "Carriel y ruana".

Se destacó como asesor cultural para entidades gubernamentales y empresas privadas, participó como miembro activo en varios centros de historia, y como jurado de los principales eventos folklóricos presentados en la región paisa.
Gran Maestre Fundador de la distinguida Orden del Arriero, principal orden en Colombia promotora de los valores éticos y culturales, de carácter privado, que enaltece la labor desempeñada de los grandes hombres de nuestra raza.
En su trayectoria artística lo llamaban “El Arriero Mayor”, “El Caballero del Romance” y “La Voz”.

Durante seis años llevó a la televisión regional su reconocido programa “Arrieros Somos” . Magazin folklórico cuyo espíritu es resaltar y mantener vigentes las costumbres, leyendas y tradiciones de la tierra antioqueña.
El maestro Rodrigo Correa Palacio, le fue reconocida su labor con distinguidas condecoraciones, de las cuales podemos destacar algunas como:

El Gran Arriero de Bronce Rodrigo Correa Palacio (Condecoración que lleva su nombre, perteneciente a Turantioquia).
El Arriero de Oro

Comendador de Honor de la Orden Bizantina de Constantino El Grande
Estrella de Antioquia (Gobernación de Antioquia)
Hacha Simbólica (Alcaldía de Medellín)
Zipa de Oro 1978
Mérito a las Comunicaciones (Ministerio de Comunicaciones)
Mazorca de Oro, Guinche de Oro (Municipio de Sonsón)
Medalla Pedro Justo Berrío (Ministerio de Educación)
Medalla Camilo Torres (Máxima condecoración educativa)
Medalla Porfirio Barba Jacob
Mención Especial (Municipio de Medellín, Secretaría de Educación)
Orden Cámara de Comercio 1996

Además gran cantidad de condecoraciones otorgadas deferentes entidades gubernamentales y privadas de Colombia y otros países. (mas de centenar de reconocimientos y condecoraciones).
Rodrigo Correa Palacio falleció en la ciudad de Medellín, departamento de Antioquia, Colombia, el 21 de enero de 1996.

Considerado el mayor defensor y exponente de las tradiciones folklóricas, siendo el abanderado en la defensa de los valores familiares, artísticos, culturales y éticos de la antioqueñidad.

Leer más: RODRIGO CORREA PALACIO

viernes, 17 de abril de 2015

ORACIÓN PARA UNA PATRIA EN AGONÍA.
Hoy amanecí con dolor de Patria.

Don Jesús Franco Ospina, el 1° de septiembre del 2000, en una noche de saudades en Manizales escribió este conmovedor mensaje que nos comparte..



Patria mía, como me duelen tus ríos con sus linfas teñidas de sangre,
como me duelen tus montañas sembradas de cruces y de lágrimas,
tus vientos y el vuelo de los pájaros se tornaron
en huracanes de dolor y en aleteos de muerte.
Tus calles y caminos antes, embrujados de mariposas y canciones;
hoy, el luto cubre con paisajes desolados.
Tus hijos no aprendimos de Cristo el
mensaje de amor, la bondad y el perdón.
Solo hemos logrado con nuestros egoísmos
pisotearnos los unos a los otros... y crucificarnos
en la quemante cruz, del odio, la violencia y el rencor.


Patria mía,

en esta noche de abismos y desesperanzas

haz el milagro de que los duros de corazón

no hagan más la guerra, y los mercaderes del poder

no hagan de la vida un negocio y un festín.


Para que los humildes, en su desolación encuentren

en tu entraña fértil un grano de esperanza,

y en los rincones del alma brille la alegría, la paz y el amor.

Amén.

(Jesús Franco Ospina)

EL ARMARIO DE ORLANDO

"El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados"
Albert Einstein.


Es este hombre un paisa de racamandaca, de poncho, carriel y abarcas. Desde que tenía memoria sus ancestros fueron gente de campo, sembradores y recolectores de café. Sabía también todo lo que se necesitaba para que pelecharan las verduras, las frutas y las flores, pues en toda finca antioqueña que se respete las flores tienen un sitio importante, y que cual  multicolores fuegos artificiales brotan en canastos colgados en las vigas del corredor de sus casas o hasta de los tarros de galletas y  bacinillas rotas distribuidas en el piso frente a las chambranas de madera.

Sabía de caballos, gallinas y de cerdos. De vez en cuando se internaba en el monte con su perro sabueso, y regresaba casi al anochecer, cuando el cielo pinta los hermosos arreboles del oriente antioqueño, con varios conejos o una guagua gorda para la cena. Tampoco desconocía el arte de la pesca y conocía los mejores sitios para obtener hermosas truchas y sabaletas. Orlando era baquiano en todos estos oficios y por eso era respetado y apreciado en la finca de los Ortiz, donde trabaja desde siempre.

Su talón de Aquiles era una miopía que lo obligaba a usar unos gruesos lentes, de esos que por aquí llamamos "culo de botella", y sin ellos quedaba casi ciego.

Fue por eso que doña Rosita resolvió llevarlo a Medellín para que lo examinara un buen oculista y le mejorara sus lentes o hasta le hiciera una intervención, si ese fuere el caso, para mejorarle su calidad de vida.

Desconocía doña Rosita que el buen hombre nunca había salido de esos parajes y por ende nunca había estado en la capital de la montaña. En cierta ocasión en que la familia Ortiz viajó a los Estados Unidos les preguntó inocentemente que si viajarían en bus o en automóvil, y tuvieron que explicarle que por obvias razones tendrían que hacedlo en avión. Esto impresionó tanto a Orlando que sin pensarlo dos veces le hizo una petición a Doña Rosita:

“Doña Rosita, por favor, el día de su viaje y cuando el avión pase sobre la finca abra una ventanilla y me tira un papelito para yo saber que van ahí.

Varios días después Orlando y doña Rosita tomaron el bus que los llevaría a Medellín, y aunque el buen hombre trató de disimular su nerviosismo doña Rosita lo percibió y trató de hacerle amable el viaje hablándole de otras cosas.

Dos horas después el bus entró a la ciudad tomando la vía de la autopista y Orlando cual niño pequeño miraba asombrado, pues todo para él era una maravillosa novedad.

Un rato después entraban al enorme edificio de consultorios y tomaron el ascensor que los llevaría hasta el piso veinte.

Todo salió bien, tanto, que el doctor le programó una intervención que lo libraría de usar anteojos, el hombre estaba feliz.

Así fue que regresaron a la finca y sin perder tiempo Orlando invitó a su esposa a la casa para contarle la novedad.

- Mija, el dotor me dijo que después de la operación volveré a ver perfectico, y que ni gafas voy a necesitar. Esa ciudad es igualitica a las que vemos en televisión y tiene unas cosas que ni se imagina uno. No más le cuento que el edificio del dotor es tan alto que casi toca las nubes, y tiene un armario como mágico. Uno se mete en él y cierran la puerta; y hay mismito cuando la abren uno está en otra parte.

Su esposa no podía creer tal maravilla. Y él siguió contándole historias de la ciudad hasta que se quedaron dormidos.

* Mi agradecimiento a Mauricio Tirado por contarme la historia que inspiró este escrito.

martes, 14 de abril de 2015

LA REUNIÓN

“Un arma y una mala intención se parecen”



Era una noche lluviosa cuando todos los invitados comenzaron a llegar al rancho. Algunos con sus guardaespaldas en sus camionetas blindadas y otros, solos, montando sus finos caballos. Dos cosas los unían, todos eran hombres de negocios, ganaderos, industriales y comerciantes que estaban pasando por una crítica situación de seguridad. Varios de ellos habían sufrido el secuestro de familiares, otros estaban siendo extorsionados o les habían asesinado a sus mayordomos. También su ganado venía siendo víctima del abigeato e Ir a sus fincas se había convertido en pena de muerte.

En un caso puntual uno de ellos recibía sin falta en su casa la visita semanal de un emisario de los delincuentes, al que tenía que transportar en su propio vehículo hasta un gran centro comercial donde el bandido escogía a sus anchas,  pantalones costosos, zapatos tenis de marca, jamones, enlatados importados, etc. Un mercadito cuyo costo no bajaba de un millón de pesos de esa época.

Estaban cansados de esto, máxime cuando en muchas ocasiones habían solicitado protección al estado sin ninguna respuesta.

En su mayoría eran hombres de bien, que aportaban a la economía del país, generaban empleo y pagaban impuestos. No encontraban explicación a tal abandono de un sistema de justicia que se alejaba del espíritu de las leyes, sobre todo de esa que garantizaba la protección de su vida, honra y bienes.

Así que mientras la lluvia golpeaba el techo del rancho ya estaban todos listos para buscarle una solución a sus tormentos, y a fe que la encontraron.

Pronto los grupos de muchachos que habían conseguido y armado desterraron a los bandoleros. Los ganaderos pudieron regresar a sus ranchos sin correr los anteriores riesgos y sin perder más a sus hombres y ganado.

Los comerciantes vieron sus negocios de nuevo florecer libres de las amenazas y extorsiones, mientras que las industrias recuperaron su producción y volvieron a enganchar a sus empleados cesantes.

Los ataques a las poblaciones fueron reducidas casi a cero, y cuando por desgracia sucedían los atacantes llevaban del bulto.

Lo que el estado no quiso hacer, lo hicieron ellos de forma exitosa.

Lamentablemente el poder corrompe y varios de estos grupos se unieron auto otorgándose el derecho a manejar a su manera el sistema de defensa de esos territorios, cobrando por ello una costosa tarifa. Los salvadores ahora convertidos en nuevos villanos.

Así es muchas veces la condición humana cuando es tentada por la ambición que otorgan el poder y las armas. “Cría cuervos y te sacarán los ojos”.

Han pasado muchos años y el estado ha resuelto que todos aquellos que trataron de auto defenderse deben ir a la cárcel, sufriendo la humillación ante una sociedad manipulada por los medios desinformativos.

Se ha perdido la perspectiva de las cosas y ahora el villano es el rey y el prohombre el bandido. El bandido en La Habana y el buen hombre en la cana. Se olvida la historia y por ello se repite, somos una ponzoñosa serpiente devorándose a sí misma por los siglos de los siglos.

lunes, 13 de abril de 2015

VIEJO

Alberto López



Cuando sientes, que tú presencia incomoda a tus hijos.
Cuando dicen que te repites con tus batallitas.
Cuando te pitan con sus bocinas
porque circulas lentamente.

Cuando miras con deseo los asientos del autobús
y los ves todos ocupados.
Cuando te dicen que te vayas al parque
hasta la hora de comer.
Cuando te recluyen en tu habitación porque hay visitas.

Cuando no te llega el tiempo para cruzar el paso de cebra
y te gritan: ¡vamos viejo que te duermes!
Cuando sientes que empiezas a estorbar en la casa.

Entonces, tengas la edad que tengas
es cuando, para ellos, eres un viejo.
…y retorna el pensamiento de volver a vivir solo
y recluirte en la concha de tus recuerdos.
Pero es duro ser viejo cuando se vive solo.

La gente desconfía de los viejos solitarios.
Van sucios…desaseados…
huelen mal… a orina… a agrio…a viejo…
Se preguntan:

¿Qué habrá hecho para acabar así?
Dicen que Dios pensó:
no es bueno que el hombre este solo…
y creo a la mujer…

Pero un viejo, con mujer o sin mujer, siempre está solo.
Perdió el pueblo, donde dejó a sus padres y a su infancia
cuando vino a trabajar a la ciudad.
El barrio, donde siempre ha vivido
visto desde su pisito, ha cambiado
le resulta desconocido.

Cuando pasea por la calle
observa las caras, pero apenas reconoce a nadie.
A sus hijos y a sus nietos los ve de tanto en tanto.
Han progresado.
Viven en un suburbio elegante, lejos del barrio.

Sus visitas, son protocolarias… relámpago.
Siente que, cuando cruzan el umbral
ya están pensando en marcharse.
No le queda ningún amigo
aunque siempre fue reservado y poco amiguero.
Casi sin darse cuenta, poco a poco, se le han ido todos.
Solo quedan, cada vez menos, algunos conocidos.

Ya solo vive para los recuerdos.
La gente recela del silencio
y más de un viejo silencioso.
Nadie se fija en él.

Es como un fantasma, como un muerto en vida
que pasa inadvertido, caminando entre los vivos.

Es jodido ser viejo… ¡ya lo creo!…
y más un viejo olvidado por todos.
Y es jodido saber que vas a morir solo…
aunque a la hora de la verdad
siempre morimos solos…

domingo, 12 de abril de 2015

LA FORMA DEL VIENTO

De Alberto López

El nacimiento de Venus - Sandro Botticelli

El orgulloso ciprés abatido junto al camino, como un guerrero derrotado.
Los restos de periódicos, corriendo a ráfagas por la calle cargados de viejas noticias.
Tus cabellos al aire, libertinos, como las serpientes de la cabeza de Medusa.
Las hojas otoñales, cayendo mansamente con la brisa sobre el sendero acolchado.
El acantilado, erosionado grano a grano, para acoger los nidos de las aves pescadoras.
Las llamas desatadas arrasando el bosque de pinos.

Los restos de los muros, de una casa abandonada en la extensa pradera.
El largo viaje del polvo del ardiente desierto, en busca de nuevos paisajes.
El mar encrespado por la galerna, levantando tules de agua para vestir a las sirenas.
La danza apacible de los juncos en la marisma con la luna llena.

Las nubes blancas cruzando el cielo, como borreguitos en busca de su destino.
El balanceo del solitario eucalipto crujiendo de dolor en el jardín.
Los paraguas por los aires como cometas sin dueño.

La falda arremolinada de una adolescente a la salida del colegio.
El árbol encorvado como un viejo y cansado labrador.
EL vuelo del globo rojo de un niño desconsolado.
Los arabescos dibujados por las gaviotas planeando en el aire.
El incansable batir del mar llevando la arena contra la playa.
El humo del hogar ascendiendo como una oración hacia los cielos.

Las barcas de la ensenada bailando al murmuro de las olas.
La estela lejana del avión deshaciéndose en hilachos de algodón.
Las dunas, como mujeres desnudas en reposo, siempre cambiantes, siempre nuevas.
La vieja colina evocando su juventud de agreste montaña.
El vuelo de las semillas en busca de nuevas tierras donde germinar la vida.
La nostálgica lluvia corriendo por la ventana, en una tormentosa tarde de domingo.

La naturaleza modelada, es la forma del viento.
Pero… ¿qué susurra el aire cuando oye al viento?
Que de un soplo de los dioses
convertido en poesía
nos hizo el viento.

CASI DE NADA
Alberto López



Diligente y laboriosa… gota a gota
descendía desde las cumbres
murmurando por las quebradas.
Trayendo sueños del cielo…
abría surcos… colmaba cauces
alumbraba fuentes… regaba valles.
Entregándose a la tierra
con el barro la fecundaba.

Una vida nueva… esplendorosa
brotaba entre aromas y fragancias…mojada.
A la inmensidad del mar
llegaban todas las aguas.
En aquel lugar sin riberas
con el cielo se reencontraban.

Un espejo de mil perlas
una lámina de luna y plata.
Impregnadas de la tierra
de su viaje reposaban.
Repitiendo un ciclo eterno
las gotas se hacían más sabias.
El agua dando la vida
toda ella así se daba.

Un milagro de los cielos
trajeron consigo las aguas.
De un sueño en cada gota
nacía el hombre…casi de nada.