domingo, 9 de mayo de 2010

DIA DE MADRES

Otra vez llega el día de las madres, una fecha entre las 365 del año para dedicarles a nuestras progenitoras un homenaje que debería ser todos los días, todas las horas, minutos y segundos de nuestra existencia.

Pero bien, a pesar de ser un día creado por el desaforado comercio de nuestra sociedad de consumo se acepta con gusto, más que muchas personas solo se acuerdan de ellas por las campañas publicitarias que ayudan a mermar el remordimiento nacido de su ingratitud a tan egregias matronas.

Hasta ahí todo aceptable. Amanece y todos corren a comprar sus regalos, neveras, televisores, ollas a presión: “La infaltable olla atómica”, que afortunadamente solo tiene de atómica sus naturales moléculas de aluminio, tampoco faltan las planchas eléctricas, licuadoras, mesitas de planchado, cocas plásticas, baldes, jaboneras, toallas, floreros, vasos de vidrio, grabadoras, DVD, estufas eléctricas y de gas, en fin una cantidad de cachivaches y artefactos que al fin de cuentas serán de más utilidad para los hijos, para que sus madres licuen, planchen o cocinen para ellos.


Tola, el famoso personaje de nuestra comedia Colombiana dijo: “Yo no espero regalos materiales, a mí me gusta es que me den la plata”, ese es un buen apunte sobre lo deberíamos darle a nuestras madres, algo que si sea útil exclusivamente para ellas, Maruja, el otro personaje dice: “A mi me gustan son los detalles, por ejemplo que me corran la nevera para poder barrer la basura que se acumula debajo de ella”, esta es una de esas madres que no esperan de sus hijos más regalos de los que solo al fin de cuentas contribuyan al bienestar del hogar.

Ahí ya comienza la incoherencia de la celebración, pero al fin y al cabo ellas en medio de su inagotable comprensión, aceptan con alegría todos los presentes.

Lo que sigue si es inaceptable y de común ocurrencia, los mucharejos (“Hijos”), llegan a la hora del almuerzo con sus garrafas de aguardiente, sus esposas e hijos para armar el jolgorio, ponen el equipo de sonido a todo volumen sin importarles que su madrecita que tiene más de 60 años ya no tolera físicamente tanto ruido, se repiten interminablemente las canciones del CD pirata que llevó alguno de ellos: La mama vieja, mantelito blanco y la madre de Leo Dan.

La casa se convierte en un corre corre, mientras que la pobre vieja trata de hacer rendir el sancocho para tanta gente, las nueras y yernos se acomodan en la sala apurándose sus chorros de guaro o cerveza esperando a que los llamen al comedor, los niñitos juegan fútbol por toda la casa usando los jarrones de cristal como improvisadas porterías, entonces la desesperada madre enciende un velón a Santa Paciencia, para que le dé fuerzas para resistir todo este tormento.

Después de comer ya hay dos o tres borrachos que empiezan a sacarse los trapitos sucios, si no es que llegan al punto de darse trompadas ante los chillones gritos de sus mujeres. Al terminar el día se marchan todos dejándole a su madre la cocina echa un revolcatín y el piso lleno de basura y confeti, que cosa tan horrible es este día para muchas madres.

Pero no todo es malo, en algunas casas la cosa si es como debe ser, la madre es la reina ese día, las nueras llevan las viandas y no permiten que la viejita se meta a la cocina, los hijos y los yernos le hacen pequeñas reparaciones a la casa y no toman licor, los niños abrazan todo el tiempo a su abuelita y la llenan de ternura, los regalos que le dan son cosas que ella pueda utilizar y gozar, incluida la platica que mencionó Doña Tola.

Hagámosle grato el día a nuestra Madre, demostrémosle nuestra eterna gratitud para que el día en que se nos vaya, tengamos solo recuerdos hermosos de este ser que nos trajo al mundo y nos dió todo su amor y su tiempo para que fuéramos personas de bien.

Feliz día para todas las madres, gracias por existir.


¿ QUÉ ES UNA MAMÁ ?

Una mamá es aquel ser que con la caricia tierna de su mano cansada y el Sana que sana colita de rana... todo cambia de color y el dolor desaparece, la tristeza se disuelve, la nostalgia se difumina y la alegría toma su lugar.

Sí, porque ese ensalmo bendito tiene el poder más grande del mundo.
Es capaz de transformar la oscuridad en luz, la noche en día, el llanto en risa y el hambre en siesta.

Esa mano ajada que a pesar de los años sigue tan tersa y cálida, posee el dulce encanto de hacer desaparecer el miedo, de convertir agua y dos papas en la más exquisita sopa o un simple huevo en auténtico caviar.

Tiene la magia de transformar harapos en trajes de novia, cortinas viejas en hermosas sobrecamas y noches frías en gratificantes sueños.

Esa voz de letanía permanente que agobia como chicharra, regaña sin condición, se complace en torturar bañando y sonando narices frente a las visitas, cantaleteando por el novio que no le conviene y por los tragos de anoche que no la dejaron "pegar los ojos"; se convierte en acusadora conciencia que no da tregua en vacaciones y que no baja el tono hasta recibir a su "Doctor" y aunque éste, después de la ceremonia le dé un beso y se vaya de luna de miel, sin rencor empieza a ensayar destemplados cánticos de cuna para malcriar nietos y justificarlos.

Esa voz que reparte "Jesus, Marías y Josés" a toda hora y en todas las direcciones, no perdona un "cito mi muchacho, como estará pasando de bueno en Cartagena".

Esa voz que llora en cada bienvenida y anega aeropuertos en cada despedida, es la voz más tonante, pero más dulce del universo.
Esa figurita menuda, cansada de cargar años, echar bendiciones, no escatima comida, cantaleta, ni consejos, es capaz de enfrentar el mundo por su muchacho, conmover jueces y derrumbar ceñudos fiscales con la potencia hídrica de sus lágrimas.

Es la madre... que no tiene envidia, no es jactanciosa, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta... es el amor que nunca deja de ser... es el amor de madre, es decir... es el amor de Dios...

Néstor Armando Alzate, Escritor y periodista Colombiano.