jueves, 12 de octubre de 2017

COLONIA DE BELENCITO

La alcaldía de Medellín ofrece en este lugar alojamiento, alimentación, recreación, salud y bienestar a más de 250 adultos mayores en situación de abandono. Mi agradecimiento a las talleristas de la colonia.


Situada en el barrio Belencito de Medellín, carrera 92 # 34D-93 cerca al convento de la Santa Hermana Laura, la colonia Belencito ofrece protección y bienestar a más de 250 adultos mayores. Fue fundada en el año de 1899.

Hoy quiero dejarles un video que muestra el ingreso a este hermoso lugar a donde no llega el ruido de la gran ciudad. 

Me invitaron a conocer el taller donde un grupo de la tercera edad da rienda suelta a sus creatividad. Igualmente mi visita coincidió con el concierto de un cuarteto de cuerdas que llenó de alegría a los habitantes de la colonia.

Es bueno conocer el interés de la alcaldía de Medellín por los adultos mayores en abandono. Me gusta mucho visitar este sitio y compartir un rato con los ancianos y los profesionales encargados del manejo de la institución. Una sociedad que cuida del adulto mayor tiene el futuro asegurado.


lunes, 9 de octubre de 2017

ADIÓS A DANIEL

Por Leonardo de Constantino.
"Aquel a quien aman los dioses muere joven". 
(Menandro)


Mientras escribo estas palabras, este cuerpo lleno de vida en la foto, el del hombre, no el del perro, está pasando por los rigores de un horno crematorio. Esta foto la tomé yo hace tan sólo unos meses y al constatar el contraste se siente aún más fuerte la tristeza y la perplejidad ante su súbita muerte.

Se fue Daniel Daniel. No se fue para Italia, como era su sueño. En la vida uno aprende a caminar, a hablar, a estudiar, a trabajar, a cantar o a bailar. Hasta a amar o sufrir uno aprende. Pero en la vida uno no aprende a soñar. 

Simplemente uno sueña y ya. Un sueña instintivamente como uno respira; y a veces soñar es respirar aire limpio en medio de una humanidad a menudo tóxica. 

Daniel era un soñador empedernido. Su refugio y sus alas fueron sus sueños en un mundo muchas veces falso, hostil y exigente, en el que los estetas natos como él tienen muchos riesgos. De todo hizo. Le gustaba la fotografía, el paisaje. Fue estudiante, modelo, agricultor y operario. Le encantaba salir en moto. Ir a ver paisajes. Con él lo hice varias veces. 

La misma moto en la que se encontró con la muerte, justamente entrando al túnel encima de Copa, su amada patria chica.

A Daniel lo conocí gracias a la página que con tanto cariño he animado: Medellín EsCultural. Es una de las muchas personas especiales de ese espacio dedicado a ver cosas bellas y a ver bellas las cosas. Le apasionaba saber de cultura, fotografía, poesía y literatura. Daniel, o Catman, como lo llamaban sus amigos, me contactó e inicialmente al hablarme y al saber que me gustaba la lectura, me dijo una de las frases más sabias, enigmáticas y lapidarias: "Me gusta conocer a la gente. 

Es como si leyendo aprendieras, y conociendo a la gente desaprendieras". Esta frase, al verlo en la foto con su perra Hanna, me recuerda aquella otra muy conocida: "Mientras más conozco a la humanidad, más amo a mi perro". 

Daniel era abierto pero desconfiado de las apariencias y de los juegos de poder, y uno a él no le podía llegar con artificios. Por soñador era por ello un "desadaptado", pero como dijo Krishna Murti, "no es sano estar adaptado a una sociedad profundamente enferma". Sociedad donde hay muchos "líderes" "exitosos" empresarios, políticos, pastores religiosos etc con el alma enferma. Por ello al conocer gente Daniél "desaprendía" y "desaprendía", aprendía más cómo no vivir.

Gracias apreciado Daniel por tu entereza, pues aún en lo poco que nos conocimos fuiste capaz de cuestionarme, criticarme como de felicitarme o animarme. Fuiste capaz de pedir disculpas o de revelar tu temores. Al conocerte no desaprendí. Aprendí mucho.

Perdona esta sociedad en la que por tu experiencia viniste a desaprender, y por ello quizás te fuiste tan rápido. Tanto tanto Catman. Perdóname por la llamada que de mí te quedaste esperando. Era para hoy. Tu prematura partida, tus palabras que ahora hago públicas, y sobre todo tu ejemplo, son la mejor manera de recordarte y de deciste que aportaste mucho al mundo aún sin llegar a tus 30 años.
Entra en tu gran sueño amigazo profeta Daniel Daniel. Hasta siempre hermano.