jueves, 8 de junio de 2017

DIVAGACIONES JUNTO AL MAR


Nunca digas nunca, ni siempre digas siempre.
No vuelvas a decir, yo soy así, 
cuando no sabes lo que eres.
Solo en los breves despertares del sueño de la vida
vislumbramos débilmente lo que somos.

No tomes decisiones presurosas, 
dictadas al calor de la locura. 
Aprende a callar cuando convenga,
y habla solo cuando hay sabiduría.

Cuando no sepas que hacer
sitúate en el mar junto a sus olas,
a veces calmas, o tal vez embravecidas.
Pero siempre regresando complacidas.

Así es la vida, como esas bellas olas,
en tiempos de temporal enfurecidas,
pero siempre al final agradecidas.

Nunca digas nunca, ni siempre digas siempre,
pues de errores se colma nuestra vida.

CAFESA

CAFÉS ESPECIALES DE ANTIOQUIA.

Simón Barrera - Grente del Grupo Cafesa.

Una mañana la calle de mi viejo barrio se llenó de aroma de café, Pasaron varios días para descubrir el lugar donde se originaba. El buen café llegaba de nuevo a casa. 

La fachada de una vieja casona de tapia y tejas de barro exhibía un hermoso aviso de la empresa productora de café especial, Cafesa. No podían haber escogido un mejor sitio para esa labor tan vinculada a la historia de la tierra paisa.

No resistí mi curiosidad y luego de tocar la puerta me atendió Ángela, que amablemente me contó que allí se estaban produciendo cafés especiales de gran calidad; además me informó que los días viernes ofrecían degustaciones.

Así fue que llegado el viernes regresé y concerté una entrevista con Simón Barrera, gerente del grupo Cafesa.

La grabadora de mi celular comenzó su trabajo, mientras él me contaba la historia del café especial en Antioquia, una historia que pocos conocemos, pero que de seguro muy pronto traerá de regreso el inigualable y auténtico sabor del tradicional café  a nuestra mesa.

Simón: - Para obtener los granos de excelente calidad se partió de la estrategia de una nueva forma de sembrar las matas en las fincas de los asociados al programa de cafés especiales, que buscara más que cantidad, calidad. Es que dada la gran demanda café se había masificado la producción de Colombia, pensando más en la exportación de los granos de mejor calidad, excelso,  y dejando para el  consumo interno la pasilla, granos de café que presentan defectos, como brocados, vinagres, negros, partidos, astillados.

Otro punto importante es la  asesoría que les brindan a los campesinos cafeteros para que abonen sus cultivos cuatro veces al año y así obtener más frutos, o aún mejor, para que produzcan café orgánico, libre de agroquímicos. Igualmente el residuo que queda luego del despulpar el fruto se lleva a compostaje para utilizarlo como abono. Así se obtienen cafés especiales luego de someterlos a determinados tiempos de fermentación y secado. Por esto y otros detalles minuciosos por los que pasa la producción del café, se puede decir que es un proceso artesanal que más que volumen, lo que logra es la calidad que al final nos permitirá saborear,  por fin, el inigualable sabor de un buen café Colombiano en nuestra propia casa.

A Cafesa llegan los bultos de café desde diferentes municipios antioqueños en los que se han implementado las buenas prácticas de cultivo. Esparcen los granos dorados en una mesa para someterlos a una minuciosa revisión en la que se desechan los granos que no cumplan el estándar de calidad requerido.

Inician entonces los procesos de trillado, tostado y molido, siendo el de tostado el más delicado, pues es el que define la cualidad final del producto acorde a lo deseado por el cliente. El tiempo y calor del tostado es el que le da al café mayor o menor acidez o al contrario destaca el dulce, igual logra la sensación de sabor o aroma de fondo, algo parecido a bouquet del vino, que le otorga al café una ligera impresión floral,  de chocolate, caramelo, fresa, vainilla.

Esto de los cafés especiales es una actividad muy reciente en Antioquia, ya en Tolima y otras regiones se venía haciendo y nos estábamos quedando rezagados. Fue solo en el año 2013 cuando gracias a un plan liderado desde la Gobernación de Sergio Fajardo comenzó en nuestro departamento la producción de cafés de origen. En la primera convocatoria participaron campesinos cafeteros de varios municipios en una subasta a la que acudieron compradores de varios países. El productor del café ganador obtuvo una oferta de más de US 30 dólares por libra. Y en otros eventos los productores han obtenido más de US 90 dólares  por libra. 

El Grupo Cafesa es una empresa pionera de la ciudad de Medellín, que igual que en su propio desarrollo y en el consumidor final, piensa en los pequeños productores dándoles asesoría para que aumenten la calidad y sus ganancias. 

Esta es la nueva era del café colombiano, en la que los productores de cafés especiales tendrán una justa remuneración por sus cosechas, y los consumidores podremos tener en nuestras casas el mejor café del mundo, sin tener que ir  a las cafeterías de moda.


¿Qué es un café especial?


Es muy complejo poder definir exactamente lo que son Cafés Especiales, ya que cada uno puede tener su propia percepción.

El termino “café especial”, es atribuido a la noruega Erna Knutsen, experta tostadora de café, quien usó por primera vez este término en la conferencia internacional de café, celebrada en Montruil (Francia) en 1978 (Ponte 2003, 2004). Este concepto hace alusión a la geografía y a los microclimas, que permiten la producción de granos de café con sabor único y de características particulares que preservan su identidad. En 1982, se creó la Asociación Americana de Cafés Especiales (SCAA), y ésta definió el término ‘café especial’ como “un café de buena preparación, de un origen único y sabor distintivo”




Grupo Cafesa. Carrera 90 A # 44B-17 Medellín Colombia.
Teléfonos: 2529090 Cel. 3128762915





lunes, 5 de junio de 2017

SER PAISA



No he sido columnista de ningún periódico o revista, ni tampoco soy profesor universitario; pero el haber vivido tanto tiempo en esta tierra bendecida por Dios y sobre todo el haber tenido la suerte de ser un buen observador me han convertido en testigo de parte de nuestra historia.

Los paisas seguramente seremos muy exagerados al pensar que somos una raza muy especial y distinguida, que somos descendientes directos de los judíos que llegaron en el tiempo de la conquista y que por eso es natural que seamos hábiles en los negocios, sobre todo en eso del comercio.

A la luz de la razón no somos una raza, somos básicamente una mezcla de razas: La nativa, la blanca y la negra; que finalmente configuran una mayoría mestiza. Eso queda claro luego de las investigaciones de los etnólogos y los antropólogos.

También se sabe que en algunas regiones del territorio antioqueño se formaron unos curiosos aislados genéticos que durante mucho tiempo no se mezclaron con pueblos foráneos y que solo se casaban con miembros de su propia familia, o sea entre primos, tíos y sobrinos.

Estudios genéticos hechos en la Universidad de Antioquia comprobaron que en algunos pueblos del oriente de Antioquia aún se conserva intacta la raza blanca; basta con visitar a  Marinilla  o a El Santuario para encontrar muchas personas con aspecto europeo.
Pero esta es la excepción; los antioqueños no somos una raza, pero si un pueblo muy homogéneo en cultura y costumbres.

A fines del soglo XlX y principios del XX llegaron algunos suecos, ingleses, belgas, franceses y alemanes a trabajar en las minas de oro, que abundaban entonces. Otros vinieron a diseñar y a construir hermosas casas, edificios, puentes y palacetes. Como decimos acá, se amañaron y formaron sus familias, de ahí esos apellidos que ya nos parecen comunes: Duperly, Greiff, Nicholls, Cock, Johnson, Bedout, White, Wills, Eusse, Greifenstein, Bonnett, Blair, Siegert y muchos otros.

Generalizando, el paisa indudablemente tiene una fisonomía muy cercana a la de los españoles. No olvido la experiencia que me contó el compositor Sergio Giraldo sobre su primera visita a España: “Andando por las calles de Madrid toda la gente me parecía familiar, a veces creía ver a mi tia, y en  otras ocasiones a algunos de mis amigos, no me sentía en tierra extranjera”.

Lo de buen negociante, en el paisa es norma. Su buen humor y creatividad es pan de cada día. Igual el paisa es cumplidor con el trabajo y con la familia. Claro que el paisa de ahora no es el mismo de hace cien años, ni siquiera del de hace cincuenta. Con el florecer de la economía llegaron personas de otros departamentos y de otros países que se quedaron viviendo en Medellín, que ya es una ciudad cosmopolita, pero en muchos pueblos aún encontramos el auténtico ser paisa.

Pero sobre todo, más allá del regionalismo; el paisa se quiere y ama su historia y su terruño.

Familia antioqueña. 1932