Hasta hoy no he podido comprender por que la gente llora histéricamente en el momento de entrar el año nuevo, de niño no podía evitarlo y me unía al lloriqueo, pero del susto que me producía ver a tanta gente berreando a moco suelto.
El preámbulo año tras año era el mismo, a las doce menos cinco se interrumpía la fiesta por un instante mientras alguien ponía el disco “Faltan cinco pa las doce”: Faltan cinco pa las doce, el año va a terminar…, es un tema hipnótico que predispone a todos al berrido colectivo que está por estallar en la casa, en la ciudad, que digo, en todo este país de chillones de fin de año. En todos los rincones de la Patria escuchan el tema musical como si fuera el canto de una ceremonia misteriosa y esperan a que termine para lanzarse a llorar inconsolables y abrazar a quien se cruce en su camino, por cada abrazo la misma letanía:
Feliz año vecino, feliz año abuela, feliz año señor…, huy pero si este es el muñeco de año viejo… Ahora al conteo final de la emisora radial: 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0, comienza a tronar “el año viejo: ”Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas”…
En verdad no se acomoda este tema a nuestro momento histórico, con tanta violencia y con este invierno que parece diluvio y que solo nos trajo muchas víctimas y costosísimos daños. Pero aún así seguiremos escuchando la manida canción.
Truenan los muñecos de año nuevo, que más bien parecen bombas terroristas, rumba la guerra de harina que se arrojan entre si las hordas de borrachos que revuelven la gigantesca olla de sancocho callejero, adobado con sudor y babas.
El cerdo condenado a ser chicharrón es traído a su sitio de ejecución y si tiene suerte morirá con la primera cuchillada, pero casi nunca es así y deberá soportar un martirio antes de sucumbir, después de incontables intentos del improvisado matarife. La pólvora no puede faltar, mejor que falte el mercado y el arriendo de enero que la pólvora y el licor.
LOS AGÜEROS
Para la prosperidad.
PARA VIAJAR:
PARA QUITARSE LA SAL:
Ponerse interiores amarillos, pero al revés antes de la media noche y después ya ponérselos al derecho.
Colgar una mata de sábila detrás de la puerta de entrada.
PARA LA ARMONÍA
Este año no volveré a
- Fumar
- Ni a tomar
- No perderé el control cuando alguien me saque la rabia.
- Pagaré mis deudas.
- Haré ese arreglo en la casa que vengo aplazando hace varios años, como pasa el tiempo, este año si.
- Volveré a hacer más ejercicio y menos siestas.
- Buscaré el curso de inglés.
- Ni a…, bueno eso si quien sabe
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