Como llegó se fue.
Ella había llegado de forma inesperada un día cualquiera, nunca supimos cuanto tiempo había estado oculta dentro del closet del cuarto de planchar, solo percibimos su presencia cuando escuchamos unos extraños ruidos que la hicieron quedar en evidencia, ya había contado la forma en que la encontramos temblando de miedo cubriendo a sus tres pequeñas crías, era la extraña visitante.
Lo que en un comienzo pensamos sería una visita temporal, al menos mientras criaba a sus tres pequeños gatitos, se convirtió por una serie de hechos curiosos en una larga estancia pues ya que la desnutrida gatita había decidido contra viento y marea quedarse con nosotros.
Al comienzo ella huía ante cualquier intento de acercamiento y se escondía, pero con el pasar del tiempo tomó confianza y poco a poco se fue convirtiendo en un nuevo miembro de la casa.
La llamamos La Negra, que fue el nombre que decidió el veterinario el día que la examinaron y vacunaron, es que ella era una gata callejera pero ya había descubierto un hogar donde se le cuidaría y amaría.
Ella hacia lo que quería y se lo permitíamos, se volvió muy sofisticada y nunca volvió a comer otra cosa que no fuera alimento especializado para mininos. Pronto aprendió a hacer sus necesidades en el patio y era muy cuidadosa en eso. Dormía donde le placía, algunas noches en el sofá de la sala principal, otras en la silla de la sala de música y cuando le daba la gana se colaba en la cama que se le antojara.
Se volvió excesivamente social y cuando llegaba alguna visita era ella la primera en acomodarse en algún sillón para no perderse ningún detalle de la conversación.
La negra se tornó cariñosa y mimada, siempre disfrutaba haciéndonos compañía y nos seguía a donde fuéramos dentro de la casa. Solo en una ocasión nos dio un buen susto, resulta que por descuido alguien dejó la puerta abierta y ella salió sin que nadie se diera cuenta.
Varias horas después notamos su ausencia y luego de mucho buscar en todos sus escondrijos dedujimos que había salido a la calle. Fue así que salí y que “casualmente” un niño que pasaba me dijo, sin preguntarle, que un perro había correteado a una gato hasta obligarlo a su subir a un árbol, entonces me señaló un pino altísimo que había al final de la calle.
Esa fue la historia que ya narré en la gata en el árbol.
Después de eso fuimos muy cuidadosos con el manejo de la puerta y la misma gatita parecía haber aprendido luego de esa dura experiencia. Pero extrañamente en la mañana del domingo 2 de septiembre de este 2012 ella estaba sobre el muro del patio, no nos explicamos cómo llegó hasta allí, lo cierto es que La Negra estaba asustada y no se atrevía a lanzarse y mientras salí a conseguir una escalera se retiró sin que haya regresado hasta hoy 7 de septiembre, día en escribo esta historia.
Encuentro en internet muchos motivos por los que los gatos abandonan la casa, pero ninguno coincide con el caso de La Negra. Casi todos si coinciden en que en un gran porcentaje ellos regresan dentro de un margen máximo de treinta días, amanecerá y veremos.
Aunque si nos entristece no tenerla en casa también comprendemos que ella tendrá sus razones para haber partido de esta inesperada manera, tal vez se avivaron sus instintos felinos y quiere retornar a su vida primitiva en busca de aventuras, querrá satisfacer sus instintos ancestrales en fin, solo ella lo sabe, Para la negrita, donde quiera que esté, solo le deseamos que esté bien, feliz y libre de peligros, ella debe saber que esta es su casa y que siempre será bienvenida la extraña visitante.
Septiembre 9 - Reapareció la negra en el muro del patio, fue grande mi alegría al verla de nuevo, estaba asustada, delgada y sucia, como amenazaba con irse me apresuré a subirle con una vara su recipiente con agua y comida, el que consumió con gusto, pero de nuevo al buscar la escalera ella ya se había marchado.
Exactamente habían pasado ocho días desde su partida y había renacido la esperanza de tenerla de nuevo.
Septiembre 15, 7:30 P.M. - Pudimos rescatar a la gatita de un árbol de mango en una casa vecina, es increíble la alegría de este reencuentro luego de sus 13 días de ausencia.
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