Elbacé Restrepo |
OJALÁ
(Enero 4 de 2015)
Puede ser muy tonto, pero es inevitable. La mayoría de las personas asumimos el cambio de almanaque con una sobredosis de euforia, como si en vez de acabarse el año se fuera a acabar el mundo. Hacemos juramentos, listas de propósitos, que por lo general incumplimos, y les deseamos a los demás un montón de cosas casi siempre intangibles, con dioses, energías, universo y buena suerte de por medio, sin mucha determinación ni empeño propio en lo anhelado.
Y como yo no soy la excepción, para todos mis parientes, amigos, no tan amigos, conocidos y lectores, deseo para este 2015 los siguientes ojalás:
Que los políticos, los dirigentes empresariales y los personajes importantes demuestren más voluntad de servicio y menos promoción falsa de su imagen y de las instituciones que representan.
Y hablando de políticos y dirigentes, que el poder no represente más privilegios, sino más responsabilidades, que no abusen.
Que la educación sea verdaderamente de calidad y no promesas vanas, edificios nuevos y frases de campaña.
Que papás y maestros formemos jóvenes con valores, conocimientos y habilidades sólidos para la vida, no para un ratico.
Que el que tenga deudas las pueda pagar y el que busca empleo lo pueda encontrar.
Que la conciencia tranquila nos permita dormir plácidamente cada noche.
Que quienes tienen el poder y la plata en sus manos recuerden que existe una deuda de igualdad social sin pagarse. (Ya dije que se vale soñar con imposibles).
Que tengamos salud. Y que si la perdemos, los dioses, las energías, el universo y la buena suerte nos libren del paseo de la muerte.
Que pedir perdón y hacer propósitos de enmienda cuando la embarramos no sea tan difícil como ganarse la lotería.
Como a la hora de soñar se valen los imposibles, ojalá que este año sí sepamos elegir a nuestros gobernantes. Ojo con lo malo conocido y con lo bueno por conocer.
Que tengamos más conversaciones cara a cara y menos chats.
Que “no hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti”, sea un propósito de corazón, no un simple enunciado de manual de convivencia.
Que la infidelidad pase de largo por nuestra puerta, que no la suframos ni la provoquemos.
Que nos aceptemos como somos. La apariencia física no debe ser un estándar para medir el valor de nadie y la belleza de quirófano con frecuencia resulta contraproducente.
Que no seamos un país pasivo frente a la corrupción ni frente a funcionarios tan indolentes como algunos que tenemos. ¿Quién dijo Fiscal?
Que los gobernantes, en su afán de mostrar resultados, no confundan educación con problemas de estómago. Educar no es quitar el hambre.
Y bueno... como soñar no tiene límites, también deseo la paz para el país... Con las reservas propias del escéptico, pero la deseo.
Que los líderes religiosos, empresariales y políticos entiendan que la opulencia ofende cuando hay tanta hambre alrededor.
Que el amor sea un recurso natural inagotable.
Que el respeto esté por encima de todo en cualquier circunstancia de la vida.
Que el sol brille con intensidad para todos en este 2015, pero que también sepamos agradecer el chaparrón de vez en cuando.
Que haya dinero en los bolsillos, que sin ser lo primordial tiene su importancia.
Cúmplanse o no estos ojalás, deseo para todos un nuevo año lleno de sonrisas y siemprevivas. ¡Y salud! .
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