Muy lamentable e inoportuno fue el incendio del pasado 15 de febrero en la hidroeléctrica de Guatapé, que afectó gravemente la generación de energia en un momento tan crítico debido al prolongado verano.
Foto: Periódico El Tiempo |
Lo importante es que escuché datos muy interesantes que igual que yo muchos no conocíamos.
Ya se había dicho que el daño en la hidroeléctrica de Guatapé se había presentado por el incendio de unos cables eléctricos. Lo que nunca habíamos imaginado era que se requerían 33 kilómetros de estos para reemplazarlos, algo así como la distancia por carretera entre Medellín y Guarne, impresionante.
También dijo el entrevistado que este tipo de cable es muy particular, es un cable seco recubierto con un polímero imposible de conseguir en tan grandes longitudes, por lo que normalmente hay que encargarlo anticipadamente para que lo elaboren, cosa que puede tardar varios meses, gran problema ante la emergencia.
El equipo de emergencia de EPM localizó una empresa en México que tenía una obra de generación eléctrica con grandes problemas de ejecución y que disponía del cable requerido en Guatapé. Los contactaron e hicieron la transacción, primer gol. Con esto se ahorraron una gran cantidad de tiempo para resolver el daño, tal vez hasta seis o más meses que hubiese tardado su fabricación por encargo.
Ahora tenían que solucionar el asunto del transporte del cable México – Rionegro, otra cosa complicadísima pues los únicos capaces de hacer esto son los aviones rusos Antonov 124-100, que no son muchos y además tienen una agenda apretada que podría generar un tiempo de espera de uno a varios meses.
El equipo de emergencia movió su capacidad logística y, Eureka, había varios Antonov haciendo vuelos en una obra en Las Antillas, sitio muy cercano si lo comparamos de un itinerario desde Rusia. Además al ser consultados resultó que tenían espacio de tiempo disponible para traer a Rionegro los pesados carretes de cable conseguidos en México. Cada carrete mide como tres metros de diámetro y pesa 12 toneladas.
Antonov de 100 toneladas que nunca había aterrizado en Colombia |
El tiempo de descarga también fue sorprendente, de las siete u ocho horas calculadas solo se requirieron dos, gracias a la tecnología de estos aviones. Otro gol.
La hora de la llegada fue ventajosa pues la caravana que transportó los cables rodó por la autopista sin inconvenientes hasta Guatapé.
Dijo el funcionario que un daño cuya reparación normalmente tarda un año se hará en dos o tres meses.
Gran labor la de los ingenieros y encargados de solucionar prontamente este lamentable problema de nuestra querida represa.
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