martes, 17 de enero de 2017

CUATRO TORNILLOS

 Los cuatro tornillos de la corrupción.


Una mañana salí a comprar cuatro tornillos con sus tuercas para reemplazar los del banco del edificio. Entré a la ferretería del barrio llevando uno de ellos de muestra y los solicité. Debe cancelar $4.000, me dijo el dependiente, y agregó: - Por favor deme el número de su cédula de ciudadanía.

Eso me extrañó bastante, por lo que le pedí que me explicara para qué necesitaba ese dato.

El me explicó que la DIAN estaba enlazada con la base de datos de la ferretería para garantizar los cobros del IVA. 

En verdad no me molestó el asunto, aunque si me dejó claro que todos nuestros movimientos podían ser monitoreados. Había quedado registrado que ese día, a esa hora y en ese lugar, yo había comprado cuatro tornillos con sus tuercas por $4.000 y había pagado el IVA.

Eso fue hace unos dos años, pero rememoré ese hecho al ver las noticias que denuncian graves casos de corrupción de niveles impensables.

Como puede ser que si el sistema registra la compra de cuatro tornillos, no se habían enterado del gran detrimento patrimonial que durante muchos años estaban causando funcionarios y contratistas de las megaobras con sobrecostos inventados que sumaban billones de pesos. Y eso que lo que se ha descubierto es solo la punta del iceberg.

Cuando abrí la cuenta en el banco para depositar $200.000 me solicitaron infinidad de datos personales y una constancia tangible del origen de esos míseros pesos. Entonces como se explica que las consignaciones o aperturas de cuentas bancarias de los responsables de recibir mil millonarios sobornos para apalancar contratos, se hagan bajo una misteriosa sombra de complicidad.

Seguramente se abren a nombre de testaferros, familiares o amigos. ¿Cómo pasan el filtro del origen tangible se esos dineros? 

Cuantas personas andan hoy día en lujosos vehículos y compran mansiones sin acreditar el origen honesto de su fortuna. Que hacen los entes de control en estos casos, parece que nada; o tal vez mucho, siendo esto último fácil de imaginar, piensa mal y acertarás.

No hay comentarios: