sábado, 17 de noviembre de 2018

TERRORES NOCTURNOS

Hoy al despertar lo primero que vi fue una bruja apoltronada en la silla. Esto me transportó al pasado, cuando de niño sufrí en silencio espantosos terrores nocturnos durante largas noches de pánico.




Los miedos de los niños aún no se generaban por la televisión o la red, que aún no existían. Nos llegaban por las historias de  brujas y duendes que contaban en voz baja las muchachas de la cocina en noches de luna llena; matizadas por el canto de los grillos y el ulular de los buhos.

También nos atormentaba el chupasangre, un señor que cargaba un costal para llevarse a los niños desobedientes que salían sin permiso a la calle.

Muchas veces, ya en la penumbra del cuarto, y dispuesto a dormir, surgían los monstruos que me hacían pasar esas noches de terror que hoy recordé con asombrosa claridad.

Aunque ahora estos episodios son objeto de estudios médicos, y se considera que no sobrepasan del 4 al 6 % en los niños preescolares; seguramente a muchos les traerán recuerdos de esas noches de pánico.


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