sábado, 3 de septiembre de 2011

LA NEVERA

LOS RECUERDOS DE DOMINGO GIL
EL ANUNCIO

Primera parte.



Por allá en 1925 vine a conocer una nevera. Era parecida a las actuales pero más sencilla, con menos adornos y aditamentos, como que estas neveras funcionaban con leña unas y con petróleo otras.

Esta que menciono trabajaba con leña, era blanca y terminó siendo negra pues todo el humo se le pegó, pero sacaba unos helados deliciosos. Es un cuento de nunca acabar la llegada de la primera nevera a Cañasgordas. Yo estaba muy pequeño, pues vine al mundo en 1923, frisaba entonces dos años pero como he sido muy inteligente desde chiquito todo lo que cuento ahora no son inventivas sino realidades vistas y oídas, oigan pues:

Dijo el señor cura en la misa mayor, cuando toda la flor y nata del pueblo y el campesinado se hallaba reunida en el templo: - “Mis queridos fieles, Dios en su infinita bondad escoge a algunos pueblos para que reciban el mayor galardón que persona alguna pueda recibir sobre la tierra, os anuncio que ha elegido esta humilde parroquia que yo presido con las luces del Espíritu Santo, para que albergue en próximos días en su seno una preciosa nevera con la que el pueblo eucarístico de Colombia premia los esfuerzos de esta feligresía en la última santa misión, celebrada con tanto brillo y tanto fruto.

El advenimiento de esta nevera, mis queridos fieles, ha de ser un acontecimiento sobrehumano al que debemos prepararnos con amor, con unción, con hidalguía y con gran respeto hacia ese sagrado artefacto, en el que se elaborarán los helados de la virtud, los conos de la omnipotencia, los bolis de la caridad y los refrescos de la fe en Dios.

Entonces preparaos mis amados fieles a este acontecimiento sublime, a ese arribo inmensurable, a esa preciosa llegada de la nevera que redimirá por siempre la sequía de los impíos, brindándoles la paz en las conciencias y la frescura en sus espíritus. Animaos fieles adorables a recibir con decoro y sublimidad ese frío artefacto que traerá en su vientre la virtud de convertir el agua en piedra y conservar el queso, la leche y los alimentos por sécula seculórum. Así que os dejo esa inquietud sin ponerme a nombrar comisiones de recepción, porque vosotros todos sois una comisión por que así lo ha querido El Creador, porque sabed vosotros que todo bien perfecto viene de arriba, y es precisamente de arriba que ha de llegar la nevera redentora que tanto bien nos traerá y que es precisamente lo que de todo corazón deseamos para vosotros, comunidad cristiana de Cañasgordas. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo.”



PARTE 2

MORDIENDO EL HELADO

La feligresía al terminar el sermón pidió al Altísimo luces para desarrollar un programa digno del pueblo y de la nevera. Desde ese momento comenzaron las conversaciones y a siete voces, todos dejaron de prestarle atención a la sagrada misa y solo tenían cabeza para imaginar la entrada triunfal de la bendita nevera, así cuando el cura dijo: - Podéis ir en paz el templo ya estaba vacío, pues todos estaban fuera empezando a nombrar comisiones para organizar la cosa pues disponían solo de seis meses hasta que llegase la nevera.

Ese mismo domingo el ajetreo comenzó la preparación, el mercado se paralizó y solo se veían corrillos en las calles, plazas y plazoletas, no se hablaba de otra cosa que no fuera la nevera y sus bondades. En las cantinas desde ese día solo sonaban discos con mensajes alusivos a esperanzas y arribos, los merenderos hasta le cambiaban las letras a algunas canciones: “ Volverán las oscuras golondrinas en tu nevera sus nidos a colgar…


Se empezaron a fijar en sitios visibles carteles como estos: “Su atención por favor – Llega la nevera, a recibirla con mucho respeto – La junta.” “¿Desea un rato agradable? – Espera la nevera.” – “¿Quien será, quien será?, claro que la nevera.” – “Llega la nevera, su mejor amiga – Ver la nevera y después morir”.

Había comisiones para interactuar con el comercio, el área rural, los transportadores, los colegios, las congregaciones pías. El obispo de la diócesis le dio el visto bueno a la celebración y el honorable concejo municipal con su presidente y alcalde a la cabeza dieron su aplauso y apoyo a la iniciativa para que el pueblo no fuera inferior a tan magno evento y le enviaron este mensaje al cura párroco:

“Señor cura, no sabe usted con cuanta emoción hemos tratado el asunto de la nevera, que constituye para nosotros no solo un honor, sino una obligación de carácter administrativo, así es que hemos abierto todas las válvulas del presupuesto para costear todos los programas que se están organizando, por ahora hemos aprobado un presupuesto de $500.000 para el evento, aunque de buena fuente sabemos que la nevera costará $2.000, pero es bueno hacer la fiesterita y gastarnos lo que más podamos en honor de su señoría, del señor obispo, de sus colaboradores como el sacristán, el acólito, los monaguillos y cuantas personas manejen los asuntos santos en nuestra jurisdicción.. También le rogamos nos consiga unos cuantos retratos de la nevera y le ponga el precio, al que agregándole unas 200 indulgencias incrementará sin duda su valor comercial y espiritual. Bien sabe que estamos con usted y esperamos sus opiniones sobre el particular. Todo lo que tenga que ver con el tema religioso siempre recibirá nuestro apoyo, pero eso si, si alguien avienta al alcalde ante el gobernador, usted deberá salir a la carrera en su auxilio.

Por ahora no será más y quedamos a la espera de su benéfica bendición y ojalá fuera obispo para besarle el anillo. Sin más: Fulanito de tal, Presidente del consejo – Sultanito, Alcalde Municipal del municipio.


Domingo Gil Cardona

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